La herencia de Waldoncho

¿Se puede robar con tanta impunidad?, ¿Se puede dejar a la deriva al gobierno regional?, ¿Hacer tantas otras cosas que lindan con irregularidades y no suceda nada?

Cuando los periodistas acudimos a la última sesión de consejo regional donde el gobernador Enrique Vargas Barrenechea y sus gerentes iban informar del estado financiero y administrativo del gobierno regional de Ancash, pero jamás nos imaginamos del desastre que dejó como herencia la gestión encabezada por el melenudo ex gobernador Waldo Ríos Salcedo.

Para conocer solo una parte de lo que realmente fue la gestión del hoy inquilino del penal Víctor Pérez Liendo, basta con citar parte del informe que sustentó la gerencia de Administración regional ante el pleno del consejo.

07 Maquinarias pesadas desaparecidas, 27 millones de soles  embargados, dinero no rendido ascendente a 64 mil soles, de los cuales el ex secretario  de consejo Enrique Huertas Pajuelo tuvo en su poder 20 mil soles, el ex gerente de desarrollo económico Abel Cuper Chávez Carrasco manejó 21 mil soles, además del ex director regional de turismo Manuel Ortiz Izaga quien manejó 10 mil soles.

En fin, otros tantos funcionarios siguieron esta tónica recursos del Estado a su antojo, sin rendir cuenta a nadie, obviamente con la permisibilidad de los entonces mandamases. Me pregunto, como ustedes ¿no será que esos dineros no rendidos sirvieron como pago a la portátiles de Waldo Ríos? ¿O será que se metieron al bolsillo todo ese dinero?

En fin, sea cual fuese el destino, esa cantidad de dinero antes citado desapareció por arte de magia sin que los funcionarios de turno ni la autoridades competentes hicieran algo, me refiero al Ministerio Público y el Poder Judicial.

A ello se suma la desaparición de 08 laptops, 102 Obras paralizadas, obras abandonadas, equipos informáticos y de comunicaciones sustraídos, personas que irregularmente entraban a las oficinas sin contar con el respectivo contrato.

Lo que viene al cierre es más escandaloso todavía, los postores para las obras de emergencia y otras, fueron escogidos a dedo, con las consecuencias que ya todos los ancashinos estamos pagando. Es la herencia que nos dejó Waldo Ríos Salcedo.