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El diseño gráfico en la cultura actual

Foto: Referencial

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El diseño gráfico en la cultura actual

El boom del diseño gráfico es algo que está a la vista de todos, con el auge de la venta por redes sociales y la hiper fluidez de las tecnologías de comunicación, no hay nada más importante que un diseño creativo y vistoso para captar la atención de clientes potenciales y nuevos seguidores. 

Todos estamos de acuerdo en que lo primero que nos hace frenar cuando navegamos en cualquier red social, es un buen y original flyer. Recién en ese momento, si esta imagen logra atraernos, leeremos su copy o texto explicativo. No estamos diciendo que este sea menos importante, pero, no podemos negar, que no siempre es tan apreciado. 

Por ese motivo, rebalsa la oferta de demanda de aplicaciones que nos permiten crear propuestas atractivas. Aunque, nada se compara al trabajo de un profesional del diseño gráfico. Si nos podemos a navegar en nuestras redes, podremos diferenciar con facilidad, las piezas que han sido realizadas por estos profesionales. 

El diseño gráfico como expresión artística

El diseño en sí, se caracteriza por plantear una solución a problemas de la sociedad, aplicándoles estética y originalidad. Pero, si el diseño de un objeto o una imagen no es claro, o no cumple con su función principal, no sirven. Es así que, si un diseñador industrial plantea, por ejemplo, una silla hermosa, pero incómoda, su trabajo no estará bien hecho. 

Ahora, en el caso del diseño gráfico, el peso de lo estético y original es enorme. El fin de estos profesionales es lograr comunicar algo de forma clara, pero impactante. Tienen que sacar a flote toda su brillantez y capacidad para crear propuestas inolvidables, pero lo suficientemente claras para que todos comprendan el mensaje

La conocida diseñadora gráfica, April Greiman, alguna vez dijo: “si un diseño no se siente bien en el corazón, lo que dice el cerebro no importa”. Y así de claro queda lo que significa el trabajo de un profesional del diseño. 

Comunicar con imágenes y lograr transmitir sensaciones es una capacidad que pocos pueden alcanzar. Es un arte en donde los sentimientos del profesional quedan expuestos. La misma diseñadora también dijo alguna vez “El diseño debe seducir, educar y quizás lo más importante, provocar una respuesta emocional”. 

Por eso, quienes aprenden a aprovechar estos sentimientos a su favor son aquellos que logran diseños únicos, memorables y hasta exitosos. Seguro que al pensar en esto se nos ha venido algún conocido diseño que ha marcado un hito en nuestras vidas o que ha quedado grabado en nuestras mentes, sin ninguna razón aparente. 

El diseñador gráfico, el caballo de batalla de la imagen empresarial

Desde hace años que las grandes empresas entienden la importancia de contar en sus filas, con profesionales del diseño gráfico. Son los responsables de transmitir la identidad de la institución al resto del mundo. 

El diseño de un logo que identifique a la empresa o institución es casi tan importante como el buen funcionamiento de esta. Tal vez, nos sea más fácil dimensionar esto, si pensamos en Carolyn Davison, responsable de la famosa pipa de Nike, o la inconfundible manzana de Apple, ideada por Rob Janoff.

Aprovechar el diseño como estrategia de marketing

Por su puesto que, si recién empezamos, tal vez no nos sea posible darnos el lujo de pagar los honorarios de un profesional. Pero aún así, dejar el diseño al azar y restarle importancia, hoy en día es un crimen que podemos terminar pagando muy caro, si de ventas y estrategia hablamos.

Quizá en este caso nos pueda ser de ayuda realizar un curso de diseño gráfico que nos brinde las herramientas y los tips básicos para poder impulsar o sostener nuestra marca hasta que logremos afrontar el gasto. Pero, lo que nunca debemos hacer, es descuidar la estética con la que comunicamos. 

La superfluidez de las redes sociales y la velocidad con la que vivimos día a día, hacen que absorbamos la información y el contenido de manera mucho más rápida que en otras épocas. ¿Cuántas veces al día nos encontramos scrolleando en nuestro teléfono móvil las distintas plataformas sociales, mirando, pero sin prestar real atención?

Comencemos a identificar en donde nos detenemos. Tal vez sean publicidades, o alguna foto de algún amigo, pero lo importante es que seguro que es porque algo llamó nuestra atención. Estamos tan sobreexpuestos a grandes cantidades de información que nuestra mente filtra todo lo que ve hasta que nota algo diferente. 

Que alguien se detenga en un post de nuestra página, o en una foto de nuestro blog, depende en gran parte de que la imagen, la protagonista, logre ser lo suficientemente interesante. Si no, será una más del montón que dejamos atrás, totalmente olvidable.

Nunca el artista fue tan superfluo y competitivo.

Hay muchos que no conciben al diseño gráfico como un arte, pero nos negamos a aceptar que sus profesionales no son artistas. Sus funciones pueden ser tan marketineras que terminan convirtiéndolo en algo casi banal. Pero no es así. El diseñador gráfico es un artista, que juega con colores, imágenes, tramas, posición y peso para logar transmitir algo. 

El problema es que la cantidad de oferta que hay al alcance de todos hace que se haya convertido en una de las profesiones más competitivas. No porque compitan entre ellos, sino porque sus diseños están todo el tiempo luchando por conseguir la mayor visualización, y ellos sacando todo de si para conseguir el punto diferencial que les haga ganar la contienda. 

Lo llamativo es que, a pesar de que a veces se consiguen trabajos inolvidables, a diferencia de otros tipos de arte, es muy raro que su creador pase a la historia. Muy pocas personas y apostamos que solo las que están insertas en el rubro, conocen el nombre de los diseñadores de logos como el de Adidas, Mc Donald’s u otras marcas reconocidas a nivel mundial. 

¿Aún lo estamos dudando?

La identidad visual de una marca es, tal vez, la pata más importante del marketing y el mundo empresarial. Un buen logo, y la estética que lo rodee, serán los responsables de la idea que los consumidores se harán de una marca.

Si bien, para muchos, sigue siendo un lujo innecesario o no tan importante para trabajar a la hora de sacar un negocio adelante, al momento de realizar comparaciones de números y, ¿por qué no? de ventas, el error queda en evidencia. Hoy, el consumidor elije por el ojo y por como algo atrapa su atención. 

Si estamos dando los primeros pasos en el competitivo mundo de la oferta y demanda en las redes sociales, o empezando un proyecto que queremos dar a conocer, no dejemos de lado el diseño. Busquemos crear una identidad consolidada, no sólo en un “speach”, sino en todo lo que el cliente consumirá de ella. 

Busquemos a un especialista que nos ayude a encontrar el logo que necesitamos y que nos identifique, o capacitémonos para crear contenido de valor e inolvidable para nuestros seguidores. Apuntemos a buscar una estética diferencial. A la larga o a la corta, veremos que estaremos parados desde un punto privilegiado, haciendo la diferencia de nuestros competidores. 

Como nos ven, nos tratan. Así que, tenemos que lograr que nos vean bien. Con esto, trabajar en poner a andar todo lo demás, será mucho más sencillo.

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