Crisis de gobernabilidad, a la vuelta de la esquina

Escribo esta humilde columna con profunda preocupación por los posibles desenlaces que aceleradamente podríamos tener a la vuelta de la esquina; cuyo impulso autodestructivo puede dinamitar abruptamente la ilusión de llegar al bicentenario con un país que fortalece su gobernabilidad democrática.
Hemos pasado en 24 horas de un mensaje presidencial de 28 de julio con claros elementos de inclusión y propulsor de legítimos cambios democráticos, a colocar nuevamente en la agenda política elementos que gatillan la confrontación en medio de la mayor crisis generada por la pandemia.
Por ello antes que sea demasiado tarde es urgente emplazar democráticamente al presidente Castillo, para que mirando a los ojos del pueblo, transparente su posición frente a los graves cuestionamientos realizados a sus recientes actos de gobierno:
- Es usted, el presidente, que representa los intereses de los 33 millones de peruanos, y especialmente la ilusión de cambio de los más humildes y excluidos o solo a los intereses de la dirigencia de Perú Libre.
- En su condición de Presidente de la República, usted, toma decisiones con autonomía, pensando en los intereses nacionales o consulta todas sus decisiones al Sr Vladimir Cerrón presidente de Perú Libre.
- Profesor Castillo, es usted consciente, ¿que cada decisión suya compromete a la nación entera?
- ¿Señor presidente es usted consciente, de la seria responsabilidad que implica nombrar buenos ministros que respondan a las reales expectativas del pueblo que quiere cambios y resultados concretos?
- Profesor Castillo, ¿es usted consciente de la trascendencia de ser el presidente del Bicentenario?
No me sumo irresponsablemente a meter más fuego a la hoguera política, de quienes ven en la confrontación su medio de sobrevivencia. En el año del bicentenario lo peor que puede pasarle al Perú en convertir las calles y el parlamento en el Circo Romano donde el canibalismo político se convierta en el pan nuestro de cada día.
Presidente Castillo, usted sabe que el buen maestro enseña con el ejemplo. No se emborrache con el poder, no sea rehén de falsos profetas, ni caiga en las garras de autoritarismo retrógrada, que tanto daño le ha hecho al país. Sus decisiones fallidas e irresponsables solo llevarán a dinamitar la gobernabilidad y el futuro del país.
Piense en su legado para las presentes y futuras generaciones. En el año del bicentenario, usted tiene la oportunidad de ser el presidente de la inclusión, de impulsar y concretar políticas sociales transformadoras. No tire por la borda las promesas de cambio.