El área de Defensa Civil declaró este balneario como no apto debido a que sus corrientes encontradas y envolventes constituyen un riesgo para la vida de miles de visitantes.
En lo que va del 2016 se ha reportado que dos personas murieron ahogadas en la citada playa, mientras que 48 fueron rescatadas.
El municipio colocó banderas rojas y gigantografías que alertan sobre el peligro de ingresar al mar. Agentes de la Unidad de Salvataje de la Policía y de Seguridad Ciudadana realizarán las eventuales labores de rescate.
Por su parte, el alcalde, Valentín Fernández Bazán, recomendó visitar otras playas del distrito como Caleta colorada o El dorado, las cuales han sido declaradas como muy seguras.