En medio de una gran expectativa juramentó ayer como la segunda mujer en la presidencia de la Corte de Ancash la Dra. Melicia Brito Mallqui y hoy lo hará el nuevo titular del Ministerio Público de Ancash Jorge Temple, ambos representan cierta renovación generacional en estas instituciones que han venido siendo tuteladas anteriormente por sexagenarios, acaso por eso se espera realmente una innovación.
Cae a perillas las aseveraciones que hace más de tres décadas el recientemente fallecido futurólogo Alvin Toffler en La Tercera Ola decía: “Las viejas formas de pensar, las viejas fórmulas, dogmas e ideologías, por estimadas o útiles que nos hayan sido en el pasado, no se adecuan ya a los hechos. El mundo que está rápidamente emergiendo del choque de nuevos valores y tecnologías, nuevas relaciones geopolíticas, nuevos estilos de vida y modos de comunicación, exige ideas y analogías, clasificaciones y conceptos completamente nuevos. No podemos encerrar el mundo embrionario de mañana en los cubículos convencionales de ayer. Y tampoco son apropiadas las actitudes o posturas ortodoxas”
Tremendos conceptos que deberán encarnar ambos en las instituciones que tienen la delicada responsabilidad de administrar justicia: El Ministerio Público, acusando y el Poder Judicial sancionando.
Los tiempos evidentemente han cambiado. En el Poder Judicial, quien mejor que Brito Mallqui para haberse dado cuenta cuando ingresó muy joven como jueza provisional de primera instancia, pero luego a pulso de su dedicación y entereza profesional –que hasta sus más encarnizados críticos la reconocen- pudo hacerse de una imagen de intachable. Hace más de tres décadas cuando se instauraron los famosos referéndums promovidos por el Colegio de Abogados la magistrada supo salir airosa con calificaciones en azul. Hoy ya es jueza superior y titular y tiene en sus hombros la delicada responsabilidad de poner a la corte ancashina en el umbral de la modernidad. Saludamos que sus primeras palabras hayan sido precisamente de apostar por la modernización.
Pero la modernización no debe ser entendida únicamente como el uso de las tecnologías de la informática, sino que estas sean los instrumentos que coadyuven a las mejores decisiones dadas con ética e integridad en el marco de una gran transparencia. Hoy tiene el Poder Judicial de Ancash abrirse más a la transparencia que demanda la sociedad civil, la comunicación tiene que ser fluida y el secretismo ser desterrado como práctica elitista. Necesitamos a magistrados que estén cerca de la población que el saco y corbata de rutina no sean más las barreras de un diálogo fluido.
Eso mismo hay que reclamarle al Ministerio Público que en los últimos años ha crecido geométricamente y no es aquella pequeña institución que conocimos en los 80. En Jorge Temple, hay un magistrado que viene desde abajo y su paso por la Fiscalía Anticorrupción abre las esperanzas de que pueda inaugurar una nueva era en esta institución; por el lado de las fiscalías provinciales que también tienen como presidente al emblemático fiscal José Luis Checa Matos hay una promesa que le hemos grabado: promover la formación continua de sus colegas para que la calidad de sus investigaciones sean buenas y no se acuse por acusar y los casos que denuncien cumplan los estándares de calidad.
Brito y Temple están en los ojos de la vigilancia ciudadana. Esperamos que no defrauden las expectativas y la prometida modernización no sea cliché o palabras sino hechos verificables.