Hace siete días que la provincia de Huarmey se encuentra completamente afectada luego de que el río Huarmey se desborde e inunde las calles huarmeyanas afectando los colegios, el hospital, mercados y miles de viviendas que quedaron inhabitables.
“Hace una semana que se inundó todo. La casa de mis padres está en la calle Bolognesi, es de un solo piso y tiene el techo de caña. Todo se ha inundado. Todo está dañado. Estamos subsistiendo con atún, galletas y agua. No tenemos ayuda del Estado ni del municipio. No nos ha llegado nada”, comentó Carlos Agurto Cavalier para el diario El Comercio.
Existe un promedio de 40 mil personas damnificadas por la inundación y los huaycos. Las casas quedaron inundadas y las calles también están cubiertas por agua. Los transeúntes cruzan las calles con sogas o se movilizan con embarcaciones pequeñas. Esto provocó escasez que pone en riesgo la salud de los moradores y el peligro de captar alguna epidemia.
“Estamos viviendo de la caridad de la gente que nos alcanza una botella de agua, un atún. Con mi hijo, que ha dejado de trabajar, estamos tratando de limpiar el agua. La tubería del desagüe, y todo afuera, es nauseabundo”, agregó Agurto.
El vecino huarmeyano agregó que las familias en Huarmey viven, prácticamente en el fango, expuestas a los zancudos, y sin luz.
“Los roedores han empezado a salir. Nadie manda maquinarias para limpiar las calles. Solos nos proveen de agua dos horas al día”, finalizó.