¿Son desastres naturales o son los desastres de los seres humanos? Es la disyuntiva interrogativa que se escucha ahora al comprobar cómo las ciudades han crecido a punta de invasiones tan desordenadamente y ocupando peligrosamente, incluso, las fajas marginales de los ríos y los cauces desfogue de las quebradas.
En Huaraz, cuatro lugares se han convertido en lugares de alta peligrosidad. El Jr. Bellavista en Shancayán, Nueva Florida, Río Seco y Challhua, solo para comenzar.
Ayer el jirón Bellavista de Shancayán asemejó un río por la activación de una quebrada que está en su cabecera llevándose todo a su paso. El desafío humano quedó impotente frente a la manifestación de la naturaleza. Hay varios sectores de este mismo barrio que están en similares condiciones, haciéndose necesario un estudio técnico concienzudo y acaso de una reubicación en el mediano plazo.
Nueva Florida -especialmente la confluencia de los ríos Auqui y Paria- es otra zona altamente peligrosa. Cualquiera de estos días vamos a amanecer lamentando la desaparición de centenares de viviendas que se asentaron y hasta efectuaron sus propias “defensas” que ante la crecida de los ríos no soportarán. Ya el virtual colapso de los puentes ubicados por ese sector, son un aviso.
El Río Seco, ya no es tan seco. Ahora el agua discurre cada vez más poniendo en peligro a varios asentamientos que bajo el título de “emprendedores” se asentaron y legalizaron durante la gestión del ex alcalde Vladimir Meza, que por razones electorales no midió el peligro y vio sólo sus cálculos políticos. Se sabe que sus propios técnicos le dijeron, ese tema, que estaba jugando con fuego, pero no les hizo caso. Nadie puede oponerse al derecho de vivienda que todos tenemos; pero las edificaciones tienen que realizarse en lugares seguros y no en donde los peligros son latentes.
En el caso de Challhua todavía la omisión legal ha sido mayor en los últimos tiempos. Cuando explosionó el problema del comercio ambulatorio se llegó al recurso fácil –desde la propia municipalidad- de proponer la ocupación de la faja marginal del rio Santa disponiéndose la ocupación masiva de los vendedores. Lo ocurrido el viernes pasado (cuando se hundieron dos camiones y el colapso del muro de contención) no es sino el aviso de la naturaleza, peores cosas están por venir.
Ante esta situación –cuya reclamación legal de la Autoridad Nacional del Agua está incluso judicializado- el COEP dispuso el “desalojo paulatino” medida que seguramente no es popular, pero sí necesaria, si es que se quiere cautelar la integridad de los propios ocupantes como también de las decenas de familias que por ese sector han construido sus viviendas.
Ahora estos desalojos plantean otros retos para las autoridades municipales, regionales y del propio gobierno central. Es imperativo encarar el tema propuesto en campaña pero no desarrollado en gobierno: el ordenamiento territorial.
La ministra Tello que ayer estuvo en vivo en directo en Challhua, y los demás ministros que están asignados en diversos lugares, viviendo las mismas experiencias, tienen que ser los portavoces para hacer que el ordenamiento territorial sea de prioridad nacional en la agenda gubernativa de Pedro Pablo Kuzcinsky y en el Legislativo controlado por los fujimoristas.