Auspiciosa y expectante ha resultado, a todas luces, la reciente presencia del director de la Autoridad de la Reconstrucción Nacional con Cambios, Pablo De la Flor, en la ciudad de Chimbote anunciando un shock de inversiones para la región Ancash que suma los 3 mil 325 millones de soles.
De esta apreciable suma 25 millones serán destinados para proyectos de prevención ya aprobados; 3 mil 130 millones para las infraestructuras más afectadas durante el Fenómeno del Niño Costero; y 170 millones de soles para nuevas obras de prevención. Con estos fondos se estima generar 25 mil puestos de trabajo, lo cual también es encomiable.
El gobierno central responde de esta manera a los cuestionamientos de con qué y cuándo se atenderá a Ancash, una de las regiones más golpeadas durante los primeros meses del año, y particularmente Huarmey que fue una de las provincias más castigadas. En la programación aparecen obras en todas las provincias.
Ahora el kit del asunto es cómo se van a invertir los fondos y quiénes lo harán, en vista de que en una reunión al que asistimos un grupo de periodistas a Palacio, De la Flor se quejaba de la falta de idoneidad de muchas autoridades municipales y regionales que lamentablemente están inmersos en investigaciones de corrupción e incluso hay muchos prófugos por haberse apropiado de partidas destinadas para atender a damnificados.
Se hace necesario que el Ejecutivo publique la descripción de cada uno de los proyectos para que tanto la Contraloría General de la República como la propia sociedad civil y la prensa independiente fiscalicen y se eviten que los montos asignados se queden en manos mafiosas y de corruptos.
Y es que, bajo el pretexto de las emergencias, hemos visto cómo en Ancash y en el país muchos burócratas se han hecho millonarios. Recordamos lo que pasó después del terremoto del 70 donde no todos los fondos asignados por el erario nacional como la contribución internacional llegaron a sus destinos. Cercanamente incluso durante la administración de Waldo Ríos se evidenciaron estafas con las obras de prevención en los ríos a donde se asignaron algunas maquinarias sin ningún trabajo concreto beneficiándose únicamente las empresas y la fiscalía hizo de ciego y sordo a las denuncias, archivándolas.
Volviendo al shock de inversiones hay que recordar que durante la corta gestión del suspendido gobernador Enrique Vargas se sustentó un proyecto de reactivación económica con un largo listado de obras para dinamizar la economía; ahora que se ha dado un paso decisivo –so pretexto de la emergencia por el Fenómeno del Niño Costero- es el momento de implementar los proyectos con transparencia y ejecutividad.
No repitamos el viejo capítulo de la oportunidad perdida.