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Experto advierte que desastres naturales pueden generar situaciones de angustia en la población

Foto: Ancash Noticias

Áncash

Experto advierte que desastres naturales pueden generar situaciones de angustia en la población

En casos extremos se puede llegar a neurosis colectiva.

Ante la eventualidad de un sismo o cualquier desastre, es normal que las personas presenten una respuesta de angustia, miedo  o preocupación. A veces ante un evento  anormal,  en algunas personas se genera una especie de neurosis colectiva, la que  va a afectar la salud mental de las personas. Así lo indica el psicólogo Carlos Marchena Cárdenas, integrante de la Dirección de Salud Colectiva del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”.

El psicólogo Marchena define la neurosis colectiva como una afección en el sistema nervioso que provoca consecuencias en el manejo que una persona tiene de sus emociones, influidas por la interacción social, (rumor, chismes, mitos).

El especialista señala que una situación de emergencia, de cualquier naturaleza, genera un impacto psicológico muy estresante. El sufrimiento, el miedo son condiciones que afectan a la mayoría de las personas y se consideran respuestas psicológicas naturales y transitorias ante eventos traumáticos significativos.

Señaló que las personas más vulnerables a sufrir consecuencias emocionales ante eventos adversos tienden a ser las mujeres entre edades de 40 a 60 años con antecedentes emocionales o introvertidas. Igual la población adulta mayor  por sus respuestas psicomotoras más lentas. En el caso de los niños se da  porque ellos muchas veces, no saben cómo actuar ante esta situación.

“Estos desastres son eventos estresantes que van afectar a todos por igual, ocasionando en la población ansiedad generalizada aguda y posiblemente estrés postraumático. Si pasado los tres meses las persona persiste en ese problema, es necesario un atención especializada”, acotó el especialista.

Marchena precisó que las situaciones de alarma ante un posible sismo, pueden desencadenar en las personas: problemas de pérdida del sueño, disminución del apetito sexual, problemas en la alimentación, dificultades respiratorias, problemas en la piel, problemas en el aparato digestivo.

Otras consecuencias emocionales son: tristeza, desesperanza, depresión, cambios del estado de ánimo, ira, irritabilidad, enfado, nerviosismo, ansiedad  y  el frustrarnos con facilidad. Sin embargo, hay personas resilentes (con mayores fortalezas) que puede motivar a los demás para una reacción más adaptativa.

Desastres naturales y los niños

El especialista indica que los niños son especialmente más vulnerables a los efectos de los desastres. El impacto emocional a menudo se expresa por alteraciones de la conducta. Por ello, es necesario que los padres estén atentos ante las reacciones y aprendan a reconocer los signos de alarma que pudiera demostrar el niño (retraimiento, expresiones de temor, pérdida del apetito, pesadillas constantes, dificultades para concentrarse o retomar sus labores escolares). Todo ello, nos llevaría a que probablemente requieran una atención especializada.


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Carlos Marchena recomienda que ante este tipo de eventos que alteran a la persona es necesario el diálogo con la familia, el apoyo emocional, controlar  el nerviosismo o pánico, minimizando así el impacto. “La tranquilidad es una situación que se aprende y hay que promover”, aseveró. Además, indicó que si la persona afectada continúa con problemas de pánico, miedo o estrés por más de un mes, es necesario que acuda a un establecimiento de salud para su atención psicológica.

Advirtió que es necesario estar precavidos, no alarmarse, mantener la calma, tener siempre  un lugar seguro de ubicación y mantener una comunicación constante entre los demás miembros de la familia.

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