El día de hoy nos encontramos muy acongojados porque estamos despidiendo a un gran amigo. Nos sentimos muy apenados de pensar que físicamente ya no se reunirá con nosotros, pero sabemos que el sufrió mucho antes de partir y con resignación debemos aceptar que lo mejor para él era descansar en la paz del Señor.
Sabemos que su espíritu seguirá con nosotros y cada vez que nos reunamos será imposible dejar de extrañarlo y recordar los buenos momentos que siempre nos regaló con su buen humor y carácter jovial. Amigo Cesitar, ve tranquilo a tu nueva vida, nosotros aprenderemos a aceptar tu partida y siempre velaremos por los tuyos para que encuentren resignación.
Solo nos llevas la delantera y por ello mi familia y yo te decimos; HASTA PRONTO AMIGO CÉSAR y que el Señor de la Soledad, de paz y resignaciòn a tu familia y amigos.