La extraña desaparición del turista canadiense en Huaraz y la revelación de que el centro de hospedaje que presuntamente lo acogió funciona de manera informal, son aspectos que debieran de preocupar a las autoridades regionales y locales si de verdad creen en el Turismo.
La propia directora regional de Turismo como el Subgerente de Turismo de la comuna local han confirmado que Kame House no está en el registro de centros de hospedaje y menos cuenta con licencia municipal, no es el único caso es más bien la punta del iceberg que nos recuerda que en esa situación están el 90% de los establecimientos turísticos.
El hospedaje de turistas mochileros sin embargo se promociona a través de las redes sociales poniendo a Huaraz como punto de referencia. Al comprobarse que opera de manera informal como las demás ¿acaso le están estos establecimientos haciendo un favor al turismo regional? menos la forma en que se captan a los clientes (en las agencias de transportes donde como pirañas los “jaladores” se disputan la presa). Esto es aberrante, como aberrante la inacción de las autoridades llamadas en normar y hacer cumplir las ordenanzas y las leyes.
En lo referente a restaurantes, hay poquísimos que cumplen con los estándares de calidad. La mayoría –y muchos ubicados en pleno centro de la ciudad- operan en condiciones deplorables no sólo en cuanto a salubridad sino también en la forma de atender a los comensales. La educación de los anfitriones o mozos deja mucho que desear y tal parece que en muchos establecimientos sus conductores piensan que le hacen un favor a sus clientes; no reparan que es al revés.
En el rubro de las agencias de viaje todavía el asunto es más grave. En un 90% son los jaladores y las captaciones que se hacen mediante redes sociales son los anzuelos que pescan al turista a quien ofrecen el oro y el moro, hasta con servicio completo y luego ni la mitad de lo ofertado cumplen…y de los horarios de salida, ni hablar.
La informalidad va ganando terreno y las empresas formales también sucumben en la tentación de operar como los informales y no hay políticas regionales y locales claras para enfrentar este cáncer que cada día crece.
Dios no quiera que Jesse Galganov esté muerto, si registra ese episodio Huaraz precisamente no será sino el gran perdedor en las disputada competencia nacional por captar turistas.