Mañana, el presidente de la República debe estar convocando oficialmente a las elecciones regionales y municipales de 2018, el mismo que debe cumplirse el 7 de octubre entrante. Hay tres hechos ya ocurridos antes de este procedimiento que junto a otras posteriores se convertirán en vallas que podrían terminar excluyendo a varios aspirantes, especialmente cuando se interpongan las tachas.
Hablemos de las vallas previas: 1) El 9 de julio del año pasado venció el plazo para que los interesados en candidatear con organización política distinta a la suya renuncien a su afiliación. 2) El 7 de octubre pasado venció el plazo para que los partidos presentes sus padrones de afiliados al JNE y 3) El 22 de octubre se cerró el padrón de electores.
El cronograma para el presente calendario prevé también que el 9 de febrero vencerá el plazo para que se comuniquen las renuncias de afiliación al Jurado Nacional de Elecciones, tiempo suficiente seguramente para que muchos camaleones de la política puedan ponerse al día en las renuncias que no pudieron concretar el 9 de julio pasado. Pero, ojo, aquí es donde habrá mucho pasto para las tachas y observaciones.
La modificación a la Ley electoral también prevé el 11 de marzo como fecha límite para inscribir alianzas electorales, etapa que comenzará mañana.
El 11 de marzo también comienza la etapa de elecciones internas en todas las agrupaciones: partidos políticos y movimientos y cuya fecha final será el 25 de mayo, con observación de la ONPE para evitar los fantasmales comicios de otrora. A partir de esa fecha se abrirán las inscripciones de candidatos siendo la fecha final para las inscripciones el 19 de junio.
A diferencia de las elecciones pasadas, con mucha anticipación ya conoceremos a los candidatos lo que significa que tendremos tres meses y no dos meses de campaña, incluso se ha añadido una fecha más para quienes puedan renunciar a sus candidaturas: el 8 de agosto.
Ahora hay que recordar que no basta inscribirse, porque el Jurado Nacional de Elecciones a partir del 20 de junio al 7 de setiembre (fecha final para resolver tachas y exclusiones de candidatos) será la etapa de la “tortura china” porque candidatos que tengan hojas de vida inconsistentes, no hayan declarados sus sentencias, no tengan la cuota de jóvenes, comunidades, mujeres y vulneraciones a las exigentes nuevas normas electorales pueden ser retirados en plena campaña electoral como ocurrió con Guzmán o Acuña, en las elecciones generales.
De manera que los aspirantes están notificados. Planifican sus inscripciones con cabeza fría y con mucha transparencia o se avendrán a las consecuencias de que se les queme el pan en la puerta del horno.