La jornada se inició en Jangas el último domingo, donde desde muy tempranas horas, comenzaron a llegar las cruces con sus respectivos acompañantes, pero lo mejor se apreció en la Plazuela de la Soledad de Huaraz, donde no quedó ningún espacio para quienes acudieron con sus respectivas cruces, a escuchar la misa.
Ni el inclemente sol evitó a funcionarios y público, asistir a la misa de cruces. Todos querían escuchar la misa y luego la bendición. Luego de la misa, las cruces los párrocos de la parroquia del Señor de la Soledad, procedieron a bendecir con agua bendita a todas las cruces.
Las cruces, que están empotradas en los linderos de las comunidades, son colocadas como símbolo de protección para los habitantes y sus sembríos y serán bendecidos por los sacerdotes, como todos los años, para renovar su poder. Para ello las ‘visten’ con flores de la estación, ritual en el que participan los devotos de la comunidad, encargados de mantener viva esta tradición.
Luego de la misa de cruces, llegó el desborde de fiesta con baile y abundante licor, para ello se contrata a los mejores grupos de música. Con la fiesta, la alegría es evidente, todo ello después de la Misa de Cruces, una tradición única en el Perú, donde la cruz de carnaval adornada con el máchitu, planta silvestre que abunda en el campo, sirve de materia prima para confeccionar las cruces de carnaval.