Nadie es intrínsecamente perezoso. Está en la naturaleza humana el querer hacer cosas, a menos que estemos enfermos. Un síntoma seguro que empezamos a recobrarnos de una enfermedad es el deseo de levantarnos y movernos, volver al trabajo y hacer algo, cualquier cosa. La inactividad conduce al aburrimiento y el aburrimiento conduce a la PEREZA. Y al contrario, la actividad conduce al interés y el interés conduce al ENTUSIASMO y la AMBICION.
“Las emociones no siempre están sometidas a la razón, pero siempre sí a la ACCION» nos lo recuerda Clement Stone.
Determine aquello en lo que es más hábil y qué le gusta hacer, y desarrolle un ardiente deseo por hacer todo lo bueno que pueda ser en ello. Después pase a la ACCION.
El carácter firme y la reputación
Thomas Jefferson dijo en una ocasión que una mayoría es un hombre con valor para poner en práctica sus convicciones. Si posee ese valor que emana de su convicción sincera de ser una persona de carácter firme, una persona honrada, fiable bondadosa y solícita, nunca tendrá que preocuparse por lo que otros piensen de usted. Si en el fondo sabe que es una persona buena y recta, puede ir de frente al encuentro de los retos de la vida y sin miedo de lo que demás piensen.
Compilación del libro: «Plan de Acción Positiva» Napoleon Hill.
Tres trucos para vencer la pereza (Cortesía Conecta con ella)
