No cabe duda que el asfaltado de la vía Casma-Huaraz ha dinamizado el transporte hacia la costa ancashina -en más del 90%- en comparación a la vía afirmada que existía antes del 2012; pero también es notorio que la sobrecarga del transporte y la estrechez de las curvas ha multiplicado geométricamente el número de accidentes como los asaltos.
Lo peor de todo es que las autoridades parecen no reparar en la gravedad de lo que reflejan ya las estadísticas. Sólo en lo que va del presente año se han registrado 13 accidentes, 10 de los cuales con subsecuencia de muertes.
Aquí hay varias autoridades que tienen que poner las barbas en remojo: La ARCC, PROVÍAS, Circulación Terrestre, la Policía Nacional, SUTRAN e INDECOPI.
La Autoridad de Reconstrucción con Cambios (ARCC) debió hace ratos haber no solo programado las obras de rehabilitación de los tramos que quedaron dañados a raíz del Fenómeno del Niño Costero. No sólo permanecen casi igual sino que además desde Cruz Punta hasta Casma, también la vía está seriamente dañada. Este aspecto también le compete a PROVIAS, que igualmente hace nada para reconstruir la vía dañada, limitándose sólo a pequeñas rehabilitaciones cuando se producen las interrupciones. Dada la gran circulación ya se debe establecer los peajes y el control de velocidad por radar. Estos dos últimos parecen estar más lejos que la cara de Dios.
La Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Cargas y Mercancías (SUTRAN) y la Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones a través de su área de Circulación Terrestre, actúan como los bomberos sin ninguna labor preventiva. Es preocupante que las capacitaciones de Educación Vial tienen secundaria prioridad y las burocracias existentes no están justificando su existencia. Se limitan a algunos pequeños operativos sólo en fechas punta…y punto; mientras la ilegalidad y el informalismo es evidente en esta vía de gran transitabilidad.
Familiares de los accidentados de ayer y de los que perdieron la vida, se quejaron a Ancash Noticias, de que muchas empresas operan informalmente y sacrifican a sus choferes sin darles el descanso debido y muchas unidades circulan por encima del aforo permitido, aquí también INDECOPI tiene que estar en la cancha y no solo en los mullidos sillones de escritorio.
La Policía Nacional, igualmente ha bajado la guardia por lo que venimos observando. Accidentes y asaltos son pan del día, mientras notamos que decenas de policías, por ejemplo, concurren al estadio para “dar seguridad” cómodamente espectando partidos o muchos distribuidos en calles y vías de poco requerimiento policial, y lo que es peor, los pocos vigilantes de las carreteras y en las garitas de control, algunos malos policías se hacen de la vista gorda a cambio de una «contribución para el caldito». Esto no puede continuar.
Y por último, también es necesario que los propios conductores de unidades vehiculares se hagan una autocrítica por la forma como recorren la vía. Los letreros y señalizaciones advierten que no se debe imprimir más de 20 kilómetros por hora, especialmente en los sectores críticos, pero pasan en más de 60 y 100; incluso los vehículos mayores como tráileres y omnibuses, mismos “reyes de la pista” invaden carriles poniendo en peligro constante a los autos y otros vehículos menores que también circulan.
Es hora de que todos cumplan con sus deberes, instituciones y choferes están en la obligación de velar por la vida humana y no seguir sumando o multiplicando más accidentes, sólo por negligencia.
N.R.- A partir de la fecha retomamos nuestra columna de opinión con publicaciones que serán diarias con los diversos temas de actualidad regional.