Ni feria ni mall. El campo ferial de Quinuacocha (Huaraz) una vez más sigue solo en manos de un puñado de soldados del Ejército, mientras sus más de ocho hectáreas y media solo sirven de depósito de chatarras y un campo en desuso que no le sirve a la comunidad. Recientemente también por interposición de presuntas demandas abortó la realización de un evento ferial que se había programado.
Curiosamente la demanda provino de los sectores que se oponían a la ejecución del centro comercial y recreacional indicando que el asunto se halla judicializado y que el Ejército Peruano no debía dar en concesión.
A este hecho también se sumó el alcalde de Huaraz, Alberto Espinoza Cerrón, con su zigzagueante posición en torno a este tema. Hoy hay dos ferias: una en el campo de Luzuriaga y otra en el campo del Ministerio de Agricultura, habiendo un enorme terreno que fue destinado para fines recreacionales.
Desaprovechando la oportunidad
Pese a que la firma que ganó la concesión para la ejecución del campo recreacional y comercial dispuso que también el Ejército Peruano se quedará en un terreno adyacente; hasta ahora la gestión de Espinoza Cerrón no ha podido salir de su propio laberinto. De entrada se opuso y presentó una demanda judicial; luego cuando quiso rectificarse se ató en su propio procedimiento y hasta ahora este terreno sólo le sirve al Ejército y no a la población.
Es evidente que desenrollar este entuerto le corresponderá a la nueva gestión municipal y hay pocos candidatos que se han pronunciado al respecto y en sus planes de gobierno tampoco figura el financiamiento de un complejo recreacional.
En tanto ciudades como Barranca o Chimbote sin ser capitales departamentales cuentan con centros recreacionales y comerciales, mientras que en la capital de Ancash las ferias se hacen en terrenos improvisados y el comercio en las calles.