El ex alcalde de Carhuaz y dirigente fundador de Somos Perú en Ancash, José Mejía Solórzano, tiene el delicado reto de mostrar efectividad ahora en el campo educativo y de paso honrar la memoria del líder de esa agrupación Alberto Andrade Carmona, quien fue un hombre de resultados y de honestidad comprobada en su paso como ex alcalde de Miraflores y Lima Metropolitana.
Juan Carlos Morillo, tiene en Mejía no sólo a un funcionario más sino a un hombre trajinado en la gestión publica, educativa y política que puede darle el soporte necesario a su gestión si hace las cosas bien.
Y hacer las cosa bien, supone encarar los enormes problemas que tiene este sector, que desde hace muchas décadas ha sido un codiciado botín para el clientelaje político, agravado más aún en la gestión del ex gobernador regional Ríos Salcedo y los que le sucedieron crearon más inestabilidad que nunca.
De ese río revuelto ganancia de pescadores, es que se aprovecharon algunos veteranos trabajadores y funcionarios nombrados de la DREA para llevar agua para su molino como hacerse pagar incentivos laborales observados ahora por la Contraloría General de la República.
De la inestabilidad política en la DREA también se aprovecharon los directores de UGELES, para creer que habiendo ganado un concurso tenían presuntamente un manto de impunidad y dejando a los directores regionales como figuras decorativas y no a un articulador real del sector. Recuperar el principio de autoridad es el inicial reto.
El orden administrativo es necesario, pero también el académico. Allí hay toda una papa caliente, Ancash, pese a los millones del canon minero que le han sido transferidos desde el 2003 a la fecha, ocupa tristemente el 16avo. lugar en el ranking de la calidad educativa. Se necesitan de políticas públicas reales para salir de este atolladero y aprovechar las buenas experiencias que tienen muchos buenos docentes que están allí anónimamente, y otros como Juan Cadillo, maestro de base, salió a la luz pública con propuestas que hasta ahora no le han sido escuchadas regionalmente, limitándose las autoridades de turno solo a entregarle distintivos y nada más.
El abono de la deuda social que se tiene a los maestros, es otra acción que espera menos palabras y más acción. Hay regiones que han avanzado más en este plano y en Ancash la mayoría de los directores regionales se llenaron la boca diciendo que estaban gestionando pero no se vio resultados; nos parece bien que Mejía anuncie un trabajo coordinado con las dirigencias sindicales para apuntalar este objetivo.
La gestión pública requiere de mucha muñeca y experiencia que en el caso de Mejía, lo tiene, y que ahora esperamos vuelque esas experiencias en el cargo que le han confiado. Esperamos que la educación ancashina esté en buenas manos.