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Día del Padre: Yachachiq y usuarias de proyecto Haku Wiñay son padres y madres

Se levantan de madrugada, preparan la comida para sus hijos, los alistan y los envían al colegio, luego ellas salen al campo, caminan largas distancias para trabajar como yachachiq brindando asistencia técnica a las familias usuarias del proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai de Foncodes del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.

Unas son yachachiq y otras usuarias de este proyecto productivo. Ellas viven en las comunidades rurales del país y son un ejemplo de vida. Algunas de estuvieron sumidas en la pobreza y la violencia familiar. A partir de su trabajo con Haku Wiñay (en la sierra) y Noa Jayatai (en la selva) han dado un giro a sus vidas, trabajan en el desarrollo de capacidades productivas y emprendimientos rurales.

Elizabeth Huachacca Chávez es yachachiq, trabaja con 50 familias en caseríos del centro poblado de Macashca, distrito y provincia de Huaraz, en Áncash.Ella es padre y madre para sus tres hijos. Durante muchos años sufrió violencia física y sicológica por parte de su ex pareja.

Hoy, gracias al proyecto Haku Wiñay ha salido adelante. “Ya tengo cómo mantener a mis hijos y vivo feliz con ellos. Haku Wiñay ha cambiado mi vida y de muchas familias”, dice muy convencida.

 Por su parte, Reyna Herrera Copitán, de la comunidad de Vicos, distrito de Marcará, provincia de Carhuaz, no puede dejar de recordar los momentos tristes que vivió con el padre de su hija.

Con la llegada del proyecto Haku Wiñay a su comunidad, Reyna inició una nueva etapa: participó en un concurso de emprendimientos y logró financiamiento y puso en marcha una panadería. “Al principio pensé: la panadería es para hombres, pero después me animé y dije: yo también lo puedo hacer”.

Otra de las mujeres valientes que es padre y madre para sus hijos es Graciela Ñope Villegas, quien trabaja como yachachiq del proyecto Haku Wiñay en el centro poblado de Macashca, distrito y provincia de Huaraz. “Con toda mi experiencia de trabajo en el campo, llegué a ser yachachiq de Haku Wiñay, un proyecto muy bueno”.

Así como ellas, hay muchas mujeres que tienen historias dignas de admiración. Mujeres luchadoras que para salir adelante no necesitaron de la presencia de un varón. Ellas solas también lo lograron. Tienen el valor y la capacidad para persistir y aspirar a una vida mejor. Con apoyo del Estado pusieron en marcha sus emprendimientos y poco a poco están mejorando sus ingresos económicos, así mantienen su hogar.

A nivel nacional, con el proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai, más de 200,000 familias trabajan en el desarrollo de capacidades productivas y emprendimientos rurales, de los cuales más de 90,000 son mujeres que participan como usuarias, emprendedoras, yachachiq y líderes de los núcleos ejecutores que gestionan con transparencia proyectos orientados a la inclusión social y económica en el mundo rural.

En el Día del Padre, ellas también merecen un homenaje especial, por su doble papel meritorio (madre y padre), todo un ejemplo para la sociedad.

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