Un rechazo generalizado de regidores y los usuarios ha generado la reciente controvertida disposición municipal de cerrar la puerta principal de la avenida Luzuriaga para ordenar el acceso del público usuario por la puerta falsa del pasaje Tiburcio Arce.
La disposición no es transitoria ni se debe a que se esté haciendo trabajo de remodelación alguno, sino «para evitar que los trabajadores municipales se escapen en horas de trabajo» según arguyó el gerente municipal Jorge Revolledo Chávez.
Lo peor de todo el nuevo acceso de ingreso es de un ancho menor a las escaleras del tradicional acceso y que además no tiene los parámetros de seguridad, y debido a su pendiente es más elevado además de estrecho, lo cual se vuelve en todo un vía crucis para personas de la tercera edad, embarazadas y peor aún para las personas con discapacidad.
Observan medida
La Defensoría del Pueblo también hizo llegar su observación y toda respuesta el polémico nuevo gerente municipal se comprometió en instalar la mesa de partes en el primer piso del edificio municipal.
Pero estas medidas no han calmado los ánimos en el propio interior del concejo. Los regidores Walter Maguiña y Omar Cabello criticaron duramente la actitud complaciente del alcalde y sus funcionarios para el control efectivo de sus trabajadores, y que ahora prefieren tomar esa medida en perjuicio de los usuarios que son a los que se deben todos.
Esta medida podría ser traída abajo en la próxima sesión de concejo debido a que el malestar es generalizado en la población, como lo es también la insólita prohibición de que en la plaza de armas los grupos artísticos puedan tomarse fotografías y ser filmados como ocurrió recientemente con un grupo infantil.