El Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER), refirió que los incendios forestales aceleran el retroceso glaciar. Los 59 incendios forestales ocurridos en la región Áncash son una demostración de la inconsciencia, producto de ciertas creencias ancestrales (que el quemar los pastizales y otros generan lluvias) o que la quema de estos pastos secos van a dar paso a otros frescos para el ganado, sin tener en consideración que el fuego se extiende a grandes áreas afectando el medioambiente, la vida y la salud.
Este año el número de incendios forestales en la región Áncash, todos producidos por la mano del hombre, han superado los 49 del 2018, faltando aún cuatro meses por concluir el presente calendario, situación que se agrava por la irresponsabilidad de los incendiarios y la impunidad que tienen hasta ahora.
Originan hollín
Investigadores locales y extranjeros vienen demostrando que estos incendios originan hollín, el cual, en grandes cantidades, es transportado por el aire a las altas cumbres, según un estudio realizado por especialistas del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM) y del American Climber Science Program de los Estados Unidos en la vertiente occidental de la cordillera blanca, en el ámbito del callejón de Huaylas.
Los investigadores Wilmer Sánchez Rodríguez y Carl Schmitt manifiestan que el impacto de las Partículas Absorbentes de Luz (PAL) en la nieve superficial de los glaciares de la Cordillera Blanca dan prioridad al carbono negro (CN), ya que representa el material particulado más común de los contaminantes atmosféricos proveniente de la quema de pastos, la quema de residuos agrícolas, el uso de biomasa para cocinar y toda actividad humana que involucre la combustión de combustibles fósiles. Estas partículas tienen una vida corta en la atmósfera; sin embargo, en este corto período, pueden llegar a transportarse hasta los glaciares, donde se precipitan en forma húmeda dentro de gotas de agua o copos de nieve y por precipitación seca.
Retroceso glaciar
La presencia de las PAL sobre los glaciares explicaría, en parte, el acelerado retroceso de los glaciares, debido a que involucra el aumento de la tasa de fusión. Entre 2016 y 2017 se recolectaron muestras de nieve de forma mensual en los glaciares a una altitud aproximada de 5000 m. s. n. m., estas muestras fueron fundidas y filtradas en el campo y luego se analizaron bajo el método de calentamiento por absorción de luz (LAHM, por sus siglas en inglés) para determinar las concentraciones de carbono negro efectivo (CNe).
Este método se basa en la medición de la capacidad de las partículas retenidas en los filtros para absorber la luz visible, siendo el carbono negro un tipo de PAL con un alto poder para absorber la luz solar a diferencia del polvo mineral. Asimismo, se utilizaron datos de radiación solar registrados en las cercanías de los glaciares, con el fin de estimar la cantidad de nieve fundida a causa del carbono negro en kg/m2 o su equivalente en mm de agua (mm w.e.). Los resultados muestran una mayor concentración de carbono negro; en cuanto a la reflectancia (capacidad de un cuerpo de reflejar la luz) de la nieve estimamos una reducción del 15% en promedio durante el período de estudio.
El carbono negro tiene la particularidad de ser oscuro, con una alta capacidad de absorber la luz solar, por ello, al depositarse sobre los glaciares, los ennegrece y reduce su capacidad de reflectividad. Esto implica que los glaciares absorben más energía solar, acelerando su derretimiento.
La investigación realizada por el INAIGEM muestra que el impacto de la presencia de carbono negro en los glaciares Yanapaccha, Shallap, Tocllaraju y Vallunaraju es funesto, porque contribuye a la rápida pérdida de la superficie glaciar; en general, para toda la cadena de montañas del Perú.
Wilmer Sánchez Rodríguez, especialista del INAIGEM, indica que “uno de los factores para el derretimiento de la masa glaciar está en relación directa a la presencia de carbono negro, es decir a mayor concentración, más nieve derretida”.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático considera al Carbono Negro como el segundo mayor contribuyente al calentamiento global después del dióxido de carbono (IPCC, 2007). Esto es significativo si se considera que la mayor parte de la criósfera actúa como una superficie reflectante, su oscurecimiento llevaría al calentamiento del planeta. En la Cordillera Blanca, la acumulación de nieve suministra agua durante la estación de estiaje a medida que se derrite, esta tasa de derretimiento es afectada por la presencia de carbono negro y la mayor radiación solar recibida en la zona ecuatorial.
Quemas de pastos debe eliminarse
Los incendios forestales están relacionados a costumbres ancestrales de generar la quema de pastos en las zonas altas próximas a los glaciares con el fin de producir lluvias, esto conlleva a la producción de diferentes tipos de PAL, entre las cuales destaca el carbono orgánico con el 70% en masa, el cual, aunque tiene una menor capacidad de absorción de luz, incide en la disminución del albedo de los glaciares al ser un agente contaminante (USEPA, 2012).
Ante estos hechos, y los problemas que se generan, la recomendación es evitar los incendios forestales, la quema de residuos orgánicos y pastizales, para minimizar las emisiones de carbono negro, en general, sabiendo que la Ley establece cárcel para los incendiarios. No seamos pasivos ante esta problemática, denunciemos a quienes incendian y contaminan. Los glaciares y el futuro del agua están en nuestras manos.