El crucero Zaandam, zarpó el 7 de marzo de Buenos Aires con San Antonio, en la costa central de Chile, como destino final. Pero la empresa decidió detener todos sus trayectos ante las medidas drásticas que iban tomando los gobiernos por la amenaza de expansión del coronavirus.
Así, pidieron autorización para atracar el 14 de marzo en el puerto de Punta Arenas, en Chile, para que sus 1243 pasajeros y parte de los 586 tripulantes a bordo bajaran a buscar vuelos de regreso a sus países cuanto antes.
“A pesar de las confirmaciones previas de que los huéspedes podían desembarcar en Punta Arenas para tomar vuelos, no se nos permitió hacerlo”, manifestó el directivo de la cadena de cruceros.
Luego, «Chile cerró todas las fronteras durante 14 días y escuchamos que un barco que logró atracar en Punta Arenas fue recibido por los lugareños arrojando piedras», cuentan en Facebook Dimiti y Neil Bate, una pareja de Australia que viaja a bordo.
En medio de la crisis sanitaria mundial, la tripulación detectó pasajeros enfermos con síntomas gripales, pero «como es temporada de gripe y las pruebas Covid-19 no están disponibles a bordo, en este momento es difícil determinar la causa de estos numerosos casos», indicó la línea. El domingo la compañía reportaba 42 personas enfermas.
Un puerto, por favor
Tras el rechazo en Punta Arenas, el crucero navegó al puerto de Valparaíso, donde permaneció anclado del 20 al 21 de marzo tomando provisiones, combustible y medicamentos para los enfermos, pues Chile había cerrado ya sus fronteras por aire, mar y tierra el 18 de marzo.
Así, el barco partió y el último martes navegaba frente a Perú, donde no le permitirán atracar porque “buques con personas con epidemias o enfermedades infecciosas no pueden llegar”, según dijeron bajo condición de anonimato fuentes oficiales en Lima.
«Ya se prohibió el ingreso de otros dos cruceros» desde el cierre de fronteras en Perú el 17 de marzo, agregaron.
Según la trayectoria publicada por la página web de rastreo CruiseMapper, el referido crucero debería pasar por los puertos de Salaverry (Perú), Manta (Ecuador), el Canal de Panamá, los puertos de Aruba y Bahamas para llegar a Estados Unidos.
Gurvan Le Pavec, un francés que dijo ser hijo de una pareja de cruceristas y se puso en contacto con la AFP, explicó que la «situación empeoró en el barco».
«Se sospecha de un primer caso de coronavirus y eso llevó a confinar a todos los pasajeros en las cabinas, siendo el único contacto (con el exterior) las comidas que les colocan ante la puerta»
Con información de Agencia EFE y Gestión.