«Cuando hemos escuchado al gobernador regional de Áncash, Juan Carlos Morillo, parecía que nos hablaba de una región paralela a la nuestra, una región imaginaria donde desde el principio de la pandemia se asumieron las medidas preventivas necesarias, donde se construyó la infraestructura médica requerida, donde se equipó de la mejor manera al personal de salud» manifestó el congresista Jhosept Pérez Mimbela, tras la presentación virtual de la autoridad regional en la Comisión de Fiscalizacion.
Pérez cuestiona que las aseveraciones solo existan en la mente del gobernador regional al considerar que la realidad de Áncash es distinta: en la actualidad hay más de 6 mil casos confirmados y más de 400 fallecidos como consecuencia del COVID-19.
Citó también que la Contraloría a esa tragedia que viven cientos de ancashinos se suma una serie de irregularidades encontradas por la Contraloría General de la República, y que está investigando la Fiscalía Anticorrupción. Además, existe un sinnúmero de quejas del personal médico y de la población ancashina. Las escalofriantes cifras de Áncash son una realidad, así como lo es el panorama crudo e incierto del que el gobernador Juan Carlos Morillo Ulloa parece querer escapar.
También resultó delirante (y causó mucha preocupación), escuchar decir al gobernador que Áncash es una región modelo de lucha contra el COVID-19. Esa aseveración es, sin duda alguna, una atrevida posición que, incluso, significa una ofensa para ese esforzado y valeroso personal de salud ancashino que día a día libra una lucha tenaz contra la pandemia y que se siente abandonado por su autoridad regional.
No nos equivocamos cuando hace unas semanas solicitamos la presencia del gobernador Morillo frente a la Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso de la República. Él en todo momento trató de “dorar la píldora” y de irse por las ramas para rehuir hábilmente a mis preguntas y la de mis colegas integrantes de esta comisión, pero podemos asegurar que todavía no ha acabado de dar explicaciones y nosotros no dejaremos de pedírselas. Le queda mucho por explicar y tendrá que hacerlo frente a una comisión investigadora.
Este no es un logro de los congresistas, sino del pueblo de Áncash que no merece que la corrupción continúe postergando sus oportunidades de desarrollo.