Los cortes de energía eléctrica, en nuestra ciudad, están a la orden del día. Intempestivamente y sin comunicado de por medio en muchas ocasiones, haciendo, con ello, que muchos estudiantes de todos los niveles, me incluyo, y personas que han convertido sus trabajos en uno remoto, vean afectadas sus actividades diarias.
Antes de la pandemia, en mi vida, como en la de muchos, estar un día o cierto tiempo sin fluido eléctrico, anunciado o no por Hidrandina, era proporcional a momentos de convivencia y armonización familiar, e incluso vecinal y amical. Significaba volver, por un momento, a lo natural, a lo imperturbable, a lo antiguo, primitivo, pero igualmente bello y a veces necesario de la vida. Hoy, en pleno confinamiento y con una adecuación de la educación a lo virtual, no puedo seguir viendo de la misma forma este asunto.
Para nadie es un secreto que esta empresa prestadora de servicios públicos de electricidad, desde siempre ha tenido quejas por parte de sus usuarios, pero, en estos últimos meses, los reclamos y críticas se han incrementado. Versiones de alzas y exageraciones en los cobros de recibos, son los que vemos a diario a través de las redes sociales y en su propio local. A ello sumemos la falta de empatía y solidaridad con la población, por parte de esta empresa, tras la difícil situación que les está tocando vivir a muchos de ellos.
Hidrandina asegura que los cortes del fluido eléctrico, muchas veces, se deben a trabajos de mantenimiento, pero ¿acaso estos trabajos no son planificados y resultan de imprevisto, como sus cortes? ¿Por qué mejor no tomar en cuenta y seguir una programación que no afecte a la población? Y, por último, si van a disponer una fecha y un horario, por favor, procuren cumplirlo. Queremos la puntualidad que emplean y nos exigen a los usuarios a la hora de cobrar los recibos.
Mañana inicia una nueva semana y me pregunto: ¿Las actividades que tengo planificadas, perderán su orden por algún corte intempestivo de luz? Lamentablemente, es una pregunta que yo no puedo responder. Espero que Hidrandina tenga la respuesta, pero, sobre todo, la solución. Por favor, no queremos más oscuridad de la que ya ha dejado esta pandemia.
(*)Por: Denitza Armas Ildefonso (estudiante de la UNASAM)