El equipo de la Quinta Fiscalía Provincial Penal Corporativa logró que se dicte 10 meses de prisión preventiva, contra tres sicarios que asesinaron de diez disparos al comerciante Andy Alfonso Lluen Capuñay (31), en la zona conocida como «la Cachina» de Huaraz.
Los hechos
Los hechos ocurrieron el sábado 19 de diciembre, cuando uno de los sicarios bajó de un vehículo y asesinó de 10 tiros al comerciante de celulares, todo a vista y paciencia de los transeúntes que circulaban por la avenida Fitzcarrald.
Tras el crimen, la policía inició el plan cerco y capturó a los sicarios y a presuntos autores intelectuales del crimen: se trata de Luis Carlos López Beltrán, Arnol Esteven Solar Franco, Juan Lenin Aguilar y Erika Melisa Serquín Machuca, quienes fueron intervenidos – en plena fuga- en el vehículo que habían empleado para el asesinato.
El móvil del asesinato
Luego de una rápida investigación, se logró determinar que el móvil de este hecho sería la disputa de bandas por la compra y venta de celulares robados en la zona conocida como «La Cachina».
Además, las autoridades determinaron que los sicarios que provienen de la ciudad de Trujillo, recibieron mil soles cada uno para acabar con la vida del comerciante Andy Alfonso Lluen Capuñay, quien también tiene varios procesos en curso por diferentes delitos.
El miércoles 23 de diciembre, tras una audiencia virtual realizada por el Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Superior de Justicia de Áncash, se llevó la audiencia de prisión preventiva de los presuntos sicarios.
Medida de prisión preventiva
Después de varias horas de debate, el juez a cargo, decidió enviar 10 meses al penal Víctor Pérez Liendo de Huaraz a Luis Carlos López Beltrán, Arnol Esteven Solar Franco, Juan Lenin Aguilar y resolvió dar comparecencia con restricciones a Erika Melisa Serquín Machuca, quien presenta 8 meses de gestación.
Todos, son procesados por el delito contra la vida el cuerpo y la salud en la modalidad de sicariato y afrontan una pena que como mínimo tiene una condena de 25 años y como máximo, cadena perpetua.
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