La inconclusa obra de construcción del puente Quillcay, desde la gestión de Ricardo Narváez Soto (como presidente del CTAR en el 2006) sigue trayendo problemas a la ciudad, especialmente a la comuna provincial de Huaraz cuyo alcalde sigue más perdido que cuy en tómbola de feria.
Desde su puesta en funcionamiento, ya son más de cinco veces en que la capa asfáltica ha tenido que ser removida, mientras del arco ornamental nadie habla. Los ex gobernadores Alvarez, Ríos, Barrenechea, Gamarra y Morillo nunca se interesaron en auditar la ejecución de esta obra que no fue entregada oficialmente; tampoco lo han hecho los alcaldes provinciales Lombardo Mautino, Vladimir Meza, Espinoza Cerrón, menos ahora el burgomaestre Rori Mautino Angeles.
Resulta realmente un insulto cómo el nexo principal entre Huaraz e Independencia esté inconcluso: con una capa asfáltica que se deteriora siempre, con soportes y pernos colocados en su extremo y el arco ornamental (al estilo Puente del Ejército) no esté ni siquiera en los planes inmediatos y esa «ranuraza» sirva más bien para que inescrupulosos arrojen desechos y basura, afeando el ornato de la ciudad.
Realmente es el colmo de la omisión y la falta de iniciativa de las autoridades regionales como municipales que sigan tolerando que esto pase, razón por el que a través de este comentario instamos al Colegio de Ingenieros, y a los demás colegios profesionales como al Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Huaraz tomen cartas en el asunto.
No hay nadie que esté actuando con seriedad en este tema. El alcalde Mautino al iniciar la semana pasada tuvo una explicación risible cuando dijo que «no sé quien, pero alguien aprovechando las prolongadas horas de inmovilización social ha reparado el puente, pero no hemos sido nosotros; ya estamos viendo un proyecto integral» fueron sus declaraciones, dias después otra vez los «cráteres» siguen causando molestias a conductores como peatones, es impresionante el paso de procesión que se aprecia diariamente por ese ahora «cuello de botella».
Basta ya de brazos cruzados, a ver si las entidades citadas y el nuevo gobernador (que todavía no recibe sus credenciales por las zancadillas que los morillistas están poniendo) no digan algo, sino actúen.