El inicio de este año es tan doloroso como lo fue todo el calendario pasado, mucha gente conocida y de talento ha sido víctima del temible coronavirus; así dos docentes de gran raigambre se han ido: José Pariasca Pérez y Gilberto Cermeño Dextre.
Pariasca hijo de un gran deportista pereció luego de estar dos semanas intubado en un nosocomio de la ciudad de Lima causando honda consternación por el legado que ha dejado.
Conocimos a Pepe, durante el inicio de los años 80 cuando fundó la Academia Aristos logrando que muchos jóvenes acariciaran el sueño de ingresar a la universidad, además de su predilección por la música de antaño que lo llevó a la radio con el recordado Punto de Retorno.
Durante la gestión del ex alcalde Lombardo Mautino acompañó a éste como entusiasta gestor de actividades deportivas y culturales, y así cada temporada y cada viernes se promovió identidad. Más tarde durante su estancia en la capital de la República colaboró con el congresista Fredy Otárola para alentar cuanta presentación artística de artista ancashino que pasaba por desapercibido en cuanto a reconocimientos, a través del Congreso se efectuaron diversas actividades. Todo eso hizo Pepe Pariasca, y hoy en el cielo debe estar orgulloso de lo hecho en la tierra.
Gilberto Cermeño Dextre, hijo de otro gran docente y deportista como Jeremías Cermeño Ramírez, de cuyos genes heredó su talento, así muy joven ya era el puntal del Defensor Raimondi y en la ex Escuela Normal de Huaraz ahora Instituto Superior Pedagógico de Huaraz, junto a otros jóvenes de su época, lograron descollar y ganar tantos campeonato internos de fulbito.
Al graduarse de profesor, su amor por el deporte lo llevó a ser el abanderado y referente docente de educación física del Colegio Santa Rosa de Viterbo, donde futbolistas, voleybolistas y basketbolistas lo recuerdan con tanto cariño, porque fue el «Gareca Santarrosino», debido a su gran indentificación fue designado como coordinador de actividades, ganando tantos gallardetes en cada desfile.
Como la superación era su divisa, «Beto» o «Chuclush» como cariñosamente llamábamos sus amigos llegó también a ser especialista en la Direccion Regional de Educación de Ancash alentando el deporte a nivel Macro.
Las carreras de José Pariasca y Gilberto Cermeño se truncaron de pronto cuando el cepa mortal ingresó a sus cuerpos y en escasas semanas cerrar los ojos para siempre; pero dejando huellas, como dejan los grandes maestros.
Nuestro sentido homenaje póstumo a ellos y consuelo a sus familiares que experimentan un vacío que nunca será llenado en sus clanes, tampoco en la sociedad ancashina que hoy llora sus partidas.