Las empresas no son ajenas ni invulnerables a lo que sucede en su entorno, en lo político, especialmente a aquellas empresas que debido a su actividad son estrictamente reguladas. Y cuando se habla de lo político, nos referimos a cuando un proyecto de ley puede poner en riesgo la existencia de la compañía, una decisión política puede trastocar sus balances, un trámite administrativo puede ralentizar o bloquear un proyecto empresarial en el que se han invertido esfuerzos.
Es por ello, que es necesario que, desde lo privado, las empresas integren dentro de sus estrategias de relaciones públicas los asuntos públicos, defender su actividad, relacionándose con aquellos actores clave, anticipando decisiones y mitigando impactos. De esta manera se tendrá en cuenta todo lo que necesita una empresa para diseñar una estrategia de asuntos públicos.
¿Qué hay que tener en cuenta para una estrategia de asuntos públicos?
Análisis político: el análisis resulta necesario para conocer y comprender el contexto en el que se proponen y se toman las decisiones políticas; para operar de manera exitosa, las empresas necesitan entender las motivaciones de la acción de los gobiernos y las administraciones públicas, así como los intereses y objetivos de los sectores y actores implicados, afectados o beneficiados por esa acción.
Mensajes claves inclusivos: para poder defender de manera legítima y natural su actividad económica ante actores clave es preciso que las empresas miren más allá de sus objetivos económicos, reconocer que para realizar influencia en entes estatales o gubernamentales se debe explicar, convencer y aunar voluntades conciliando intereses. Para ello, se debe desarrollar mensajes que impacten el interés general de su audiencia, su público final, incluyendo elementos sociales, emocionales y valorativos.
Identificación de grupo de interés y aliados: tal y como en una estrategia de relaciones públicas, los asuntos públicos requieren la identificación de su grupo de interés. Hay que tener muy presente, no solo las organizaciones, entes estatales o gubernamentales, sino también aquellas otras organizaciones que rodean a las empresas y pueden influir en la toma de decisiones. Y así mismo, en la identificación de estos actores, identificar quien se encuentra más afín a sus intereses para así poder configurar alianzas y mostrar mayor fortaleza.
Manejando estratégicamente y de manera adecuada estos tres elementos, no será necesario buscar por otros lados. Esto es todo lo que necesita una empresa para diseñar una estrategia de asuntos públicos.
Hay que recordar que los asuntos públicos son necesarios para pensar, establecer y mantener las relaciones con los gobiernos, con las administraciones públicas y con la comunidad local, y sirven a las empresas y organizaciones de instrumento para construir una sólida reputación e informar al mismo tiempo, con transparencia, sobre sus proyectos e intereses.
Si quieres integrar una estrategia de asuntos públicos para tu empresa, no dudes en consultar a un grupo especializado como Sherlock Communications, quien puede diseñar la mejor manera de llegar a tu público de interés de acuerdo con el mercado al que quieres llegar.