Contraloría alerta deficiencias de bioseguridad en Instituciones Educativas
Se evidenció que más del 50% de IIEE tienen deficiencias de infraestructura, falta de docentes en un 65% falta de psicólogos en un 91%, carencia de cuadernos de trabajo y tabletas inoperativas, entre otros aspectos
La Contraloría General advirtió limitaciones en la implementación de las medidas de bioseguridad ante la COVID-19 en las instituciones educativas (IIEE) de Áncash, visitadas durante el Operativo Nacional “Buen inicio del Año Escolar 2022”, asimismo informó que más del 50% de los colegios presenta deficiencias en su infraestructura, lo que pone en riesgo el retorno a la presencialidad y/o semi presencialidad de miles de estudiantes que iniciarán clases escolares como máximo el próximo 28 de marzo.
En Áncash, el operativo se realizó a una muestra representativa de 327 de IIEE públicas de primaria y secundaria, lo que revelaría la actual problemática en toda la jurisdicción departamental. Por ejemplo, durante el operativo, se encontró que 37 IIEE estaban cerradas, por lo que se recolectó información de 290 IIEE. Los resultados tienen un nivel de confianza de 95%.
El operativo verificó las condiciones de bioseguridad ante la COVID-19; documentos de gestión institucional, así como lo relacionado a la infraestructura, el equipamiento y la prestación de los servicios básicos. Las principales situaciones identificadas en las IIEE de la región Áncash, son:
Falta de señalización para asegurar el aforo máximo permitido y el uso de mascarillas en 181 (62%), necesidad de ambientes que cumplan con el distanciamiento físico de 1 metro en 110 (37.9%), necesidad de estaciones de lavado de manos o desinfección cerca a la puerta de ingreso en 75 (25.8%), necesidad de ambientes con ventilación natural en 39 (13.4%) y garantizar que los docentes cuenten con las dosis de vacunación contra la COVID-19 en 34 (11.7%).
También se observó que en su mayoría, las IIEE presentan mal estado en puertas (168 – 57.9%), ventanas (166 – 57.2%), techos (155 -53.4%), paredes (160 – 55.1%), pisos (145 – 50%) losas deportivas (221 – 76.2%) y cerco perimétrico (134 – 46.2%) entre otros, lo que podrían afectar la integridad y salud de la comunidad educativa y el proceso de enseñanza y aprendizaje.