En la actualidad, las enfermedades cardíacas son las que más fallecimientos causan entre la población. Entre sus síntomas más frecuentes nos encontramos con la hipertensión o presión arterial alta. Por esta razón, resulta de vital importancia acudir al médico para realizar exploraciones físicas regulares que puedan detectar y poner tratamiento a tiempo a este tipo de afección.
Los principales síntomas que experimentan algunas personas con presión arterial alta engloban desde el dolor de cabeza o dificultad para respirar hasta el sangrado nasal. No obstante, al no tratarse de signos específicos y característicos de esta enfermedad en exclusiva, lo más conveniente es que se acuda al médico para que efectúe un diagnóstico lo más exacto posible.
¿Pero en qué consiste la hipertensión arterial alta exactamente?
La presión arterial alta es una patología en la que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, pudiendo resultar seriamente dañados por ello. Hay que señalar que cuanto más alta es la tensión, mayor es el esfuerzo que tiene que efectuar el corazón para bombear.
¿Y cómo puedes saber si está alta? Pues es muy sencillo, tan solo debes proceder a su lectura, la cual viene determinada por dos números:
- El número superior se denomina presión arterial sistólica.
- El número inferior se llama presión arterial diastólica.
Si uno de estos números resulta más alto de lo normal podría hablarse de hipertensión.
Para que te hagas una idea, a continuación, te mostramos qué valores determinan la diferencia entre una presión arterial normal y la hipertensión:
- Presión arterial normal es cuando la presión arterial es menor a 120/80 mm Hg pero tampoco baja de 90/70 mm Hg ya que en ese caso estaríamos hablando de hipotensión o tensión baja.
- Presión arterial alta (hipertensión), uno o ambos números de la presión arterial son mayores de 130/80 mm Hg la mayoría de las veces.
Pruebas para detectar la hipertensión arterial
Si tienes presión arterial alta, el médico puede recomendar una serie estudios para confirmar el diagnóstico y comprobar si existen afecciones subyacentes que puedan causar la hipertensión.
- Monitoreo ambulatorio. El dispositivo utilizado para esta prueba mide tu presión arterial a intervalos regulares durante un período de 24 horas, ofreciendo un claro diagnóstico preciso y efectivo.
- Análisis de laboratorio. Mediante una analítica completa de sangre y orina también es posible evaluar la presión arterial alta.
- Ecocardiograma. Esta prueba utiliza ondas de sonido para producir imágenes del corazón.
- Electrocardiograma (ECG). Con este test se mide la actividad eléctrica del corazón.
En cuanto a las causas de la presión arterial alta
Cualquier factor que aumente la presión contra las paredes de las arterias puede generar presión arterial elevada. La arterioesclerosis o acumulación de depósitos de grasa en las arterias es uno de los motivos más frecuentes.
Asimismo, y aparte de la arterioesclerosis, entre otras enfermedades desencadenantes se incluyen las renales, la apnea obstructiva del sueño y enfermedades tiroideas.
Por otro lado, existen algunos medicamentos como los anticonceptivos, analgésicos y antigripales, entre otros, que igualmente pueden servir de detonante para el aumento de la presión arterial, aunque cabe destacar que ese incremento será de forma temporal.
Otros factores de riesgo pueden ser:
- Sobrepeso u obesidad. Cuanto mayor sea tu masa corporal, más sangre necesitas para suministrarles oxígeno y nutrientes a los tejidos lo que sin duda, aumentará la presión en las paredes de las arterias.
- Sexo. Las mujeres mayores de 55 años tienen más posibilidades de desarrollar la enfermedad.
- Raza. Las personas de ascendencia africana son especialmente proclives a la hipertensión.
- Antecedentes familiares. Si un familiar de primer grado, padece presión arterial alta, es muy probable que también la heredes tú.
- Consumo de tabaco. Fumar cigarrillos, masticar tabaco o ser fumador pasivo puede aumentar la presión arterial.
- Falta de actividad física. Al no hacer ejercicio físico se corre el riesgo de aumentar de peso y en consecuencia, incrementar la presión.
- El alcohol, es otro aspecto a tener en consideración, particularmente en los hombres.
- Una dieta rica en sal o baja en potasio, también influye notablemente como causa en el desarrollo de presión arterial elevada.
Control y tratamiento de la hipertensión
Comer comida saludable, consumir menos sal, hacer ejercicio regularmente, controlar el estrés y dejar de fumar, entre otros, pueden ayudar a prevenir y controlar la hipertensión.
Pero además de poner en práctica todos estos hábitos saludables, debes saber que existen medicamentos que también ayudan a regular la situación, hablamos de Incasol. Su fórmula basada en ingredientes naturales, le convierten en un producto ideal para controlar, reducir y ralentizar las enfermedades cardíacas, ya que se ocupa de relajar las paredes de las arterias, estabilizando la liberación de hormonas y reduciendo la glucosa en la sangre. Asimismo, también se encarga de incrementar los niveles de oxígeno de carbono en la sangre. ¡Y todo ello, sin contraindicaciones ni efectos secundarios!
Para terminar, recuerda que igualmente puedes aportar tu pequeño granito de arena registrándote la tensión desde casa. Existen medidores para este menester que dan muy buenos resultados, aunque obviamente nunca podrán reemplazar las visitas al médico, ya que presentan algunas limitaciones. Por lo que desde aquí te recomendamos que procures visitar al médico al menos una vez al año. ¡Es la forma más segura de verificar tu estado de salud!