La paralización de los transportistas que va hoy por su cuarto día ha puesto en evidencia que el cargo les ha caído demasiado grande a las autoridades tanto del gobierno regional como central, y únicamente los gobiernos locales hacen los esfuerzos por salvar la situación pese a que el tránsito nacional como regional no son de su competencia.
Antes del Paro Indefinido ya se había alertado la disconformidad de los transportistas del Callejón de Huaylas y Conchucos por el abandono en que han incurrido las firmas chinas -que durante el gobierno de Pedro Castillo- ganaron la buena pro para el mantenimiento continuo de las carreteras. Estas están hechas un desastre, especialmente el acceso de Pativilca a Huaraz o también el sector de Molinopampa-Huarochirí-Corongo-Palllasca.
Han sido los alcaldes los que han tomado la iniciativa por lo menos de protestar y movilizar a las autoridades competentes como los alcaldes de La Pampa, Corongo, Pallasca y Sihuas que lograron llevar a congresistas y exigir a PROVIAS se acuerden del mantenimiento. Pero se da el caso de que existe PROVIAS Nacional y Provías Descentralizado, y éstas instituciones realmente están inoperativas e incluso no brindan ningún tipo de información, no justifican su existencia.
La Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones solo dispone de un cementerio de chatarras, sólo es un ente normativo y no es unidad ejecutora y el gobernador regional Henry Borja concentra todos los fondos en la inútil Gerencia de Infraestructura y Desarrollo Económico que les quita potestad de inversiones directas a las direcciones regionales a los que los hacen depender y todo esta mala organización fue consumada durante el gobierno regional de Luis Gamarra Alor, que ahora quiere ser alcalde de la provincia del Santa.
Cuando se han desatado las emergencias como el caso de la interrupción de la vía a Chavín, han sido las municipalidades de Chavín y Cátac y la compañía minera Antamina los que ha suplido la omisión de las autoridades regionales como nacionales.
La falta de mantenimiento de las vías, más el alza de los combustibles han desatado este descontento que puede tornarse aún más grave porque repercuten con el alza del costo de vida y por lo tanto más gremios están por sumarse a las protestas, incluido el sector turístico donde la vía a Lima es una calamidad a pocos días de la Semana Santa y el señor Henry Borja anda de turista y de los prometidos «3,000 kilómetros de carreteras» no se ha avanzado ningún centímetro, allí está Yungay-Llanganuco-Yanama-Llacma esperando su materialización por varios años pese a que esa vía le genera enormes recursos a Ancash.
Así de mal estamos, con una prefecta regional que ha entrado en estos días en un mutis total y prefiere concurrir a eventos frívolos antes que tomar conciencia que es la representante del gobierno central.
Definitivamente las autoridades no están dando talla para las competencias, que dicen, que tienen.