Un té de muña con papas, es el desayuno que suelen tomar los estudiantes antes de dirigirse al colegio. ‘Lina’ una adolescente de 14 años, quien sale del caserío de Pampacancha, anexo Turmoc, a las diez de la mañana y la caminata le toma dos horas hasta su colegio Jesús de Nazareth en el centro poblado de Pisha, distrito de Pamparomás. A paso firme camina, junto a su grupo de amigas cerca del abismo a más de 3400 metros de altura. Y murmuran en quechua.
“A veces nos dan ganas de dormir (por la falta de comida) y otras veces sí traemos comida, pero comemos en el camino, porque los otros alumnos se burlan de nuestra papa y máchica (de almuerzo)”, explica ‘Lina’, Pero nada de eso amilana a la adolescente quien espera culminar el colegio para convertirse en profesora y en la cantante que tanto anhelan para deleitar a sus paisanas y paisanos del ‘Río Loco’ y de otras partes del país.
Pero nada de eso amilana a la adolescente, quienes esperan culminar el colegio, para convertirse en profesores, enfermeras, cantante, entre otros.
El grupo de amigas se hace más grande cada vez que cruza por otros caseríos. Ellas descansan unos minutos sentadas sobre una roca al filo de la quebrada. Ahora, ‘Jessi’, de Pampacancha, se une para seguir su rutina diaria de 3 horas de caminata (ida y retorno) con dirección al colegio.
“Me levanto a las cuatro de la mañana y hago mis cosas en la casa; como dar de comer a mis animales y recoger pasto para los cuyes. Solo desayunamos para ir al colegio”, remarca ‘Jessi’ de 13 años, quien anhela convertirse en enfermera.
La institución educativa “Jesús de Nazareth”, cuenta con 230 estudiantes y el 30 % vive en caseríos muy alejados que obliga a realizar largas caminatas.
A paso firme caminan el grupo de amigas cerca del abismo a más de 3400 metros de altura y murmuran en quechua. ‘Lina’ lleva un pantalón negro, que entalla sus piernas delgadas; el polvo en sus ropas es inevitable; pero eso no impide que entone una de sus canciones favoritas. “Mi gran sueño es convertirme en cantante profesional”, dice.
Qali Warma
El programa estatal Qali Warma solo entrega raciones de alimentos para los alumnos del nivel primaria, mientras que los estudiantes de secundaria que viven en zonas bien distantes deben esperar hasta la noche, cuando regresan a casa, para alimentarse luego de la extensa caminata.
“Vienen sin desayuno ni almuerzo y eso nos lleva a situaciones nostálgicas, al ver a estudiantes que se desvanecen en plena clase. Estudiantes que no tienen las mismas condiciones de aprender”, menciona el director del colegio, Roberth Alegre Saavedra.
Una ironía en esta historia es que, mientras el Estado que todavía no puede atender ni alimentar bien a los estudiantes del colegio Jesús de Nazareth, el mismo Estado, actualmente, ejecuta la reconstrucción total de la institución educativa con una inversión de casi 10 millones de soles. Los alumnos tendrán colegio nuevo, pero seguirán con el estómago vacío.
El docente incluso sostiene que han solicitado que Qali Warma provea de alimentos para los alumnos; sin embargo, todavía no han tenido una respuesta. “Primero nos dijeron que no puede distribuirse alimentos para los alumnos de secundaria porque no hacemos la jornada de educación completa. Aunque en una nueva solicitud (hace pocas semanas) nos han mencionado que puede ser factible por el tema de lejanía de los estudiantes”, añade Saavedra.
Ya es hora de salida y los alumnos deben regresar a sus casas, “acaso para que me quieras, te puse puñal el pecho. Acaso para que me quieras, te puse pucha en el pecho” repite ‘Lina’, para hacer más ameno el retorno a Pampacancha para descansar y mañana continuar con la rutina de la caminata de dos horas, pero con el sueño intacto de un día convertirse en cantante.
“Llorarás gotas de sangre por el amor que hemos tenido. Llorarás gotas de sangre por el amor que hemos tenido”, continúa ‘Lina’; para su grupo de amigas que no para de reír, pese al crudo clima y a la densa neblina que ha cubierto toda la trocha. “Quiero ser profesora, pero me gusta más cantar. Me imagino en un escenario frente a muchas personas”, añade la adolescente de 14 años.
Roberth Alegre Saavedra, director del colegio, pide que haya mayor apoyo por parte del Estado, porque los alumnos de esta parte de Ancash, llegan a su colegio, pero no todos tienen las mismas condiciones de aprender, e incluso los alumnos se desvanecen; por lo que, necesitan hoy más que nunca la intervención del gobierno.