Uno de los 14 muertos que, dejó el enfrentamiento en la concesión Intigold Mining, a una hora de Atico, provincia arequipeña de Caravelí, es el minero ancashino Abel Solórzano, natural del distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari. Él deja en la orfandad a una niña de 3 años.
Su hermana Martha Solórzano contó a RPP Noticias, que el joven minero llegó a hace un año a trabajar a Atico con la intención de ganar dinero y así darle un mejor nivel de vida a su familia y que les dijo que trabajaría como agente de seguridad en una mina formal.
Abel Solórzano siempre se comunicaba con su esposa y hermanos; les decía que estaba bien y les avisaba qué día estaría de bajada, para visitarlos.
“Siempre que bajaba estaba con su familia, siempre estaba cuando tenía su bajada de 10 días. Él es padre de una niña de 3 años que ahora queda en la orfandad, su esposa es la señora Rosita Villanueva”, contó su hermana.
Martha Solórzano indicó que, les llama la atención la forma en que se enteraron de que su hermano había fallecido en Atico, ya que les llamaron por teléfono para decirles: “tu hermano está muerto». A su cuñada también la llamaron y le dijeron «tu esposo está muerto». Esa llamada fue desde el celular de Abel, por eso. de inmediato partieron desde Áncash, para saber si estaba con vida.
“Después de torturarlo y asesinarlo, lo botaron por un abismo de 50 metros y. encima, a mi hermano y a todos sus compañeros los quisieron quemar y desaparecerlos. Su cuerpo presenta signos de violencia, está torturado, sus manos quemadas. Toda su cara ya no se nota”, indicó.
Ahora los familiares y amigos piden justicia y en el caso de la familia Solórzano también esperan que termine la necropsia para llevar el cuerpo de Abel a su natal Chavín de Huántar; para velar su cuerpo y sepultarlo.