Donde algunos solo ven problemas, los más avezados perciben oportunidades. No en vano dicen que el momento para dar un salto y llegar lejos se presenta cuando crees que todo está perdido; solo hay que aguzar la vista y analizar el panorama con ojo crítico. Esto es un poco de lo que ha sucedido con el ámbito académico en los últimos dos años. La industria 4.0 pasó de ser un rumor alentado por el auge de las redes sociales a convertirse en una realidad ineludible, que ha roto paradigmas, generado oportunidades y abierto un canal para democratizar la educación.
Y es que para nadie es un secreto que el inicio de la cuarentena, a finales del último trimestre de 2020, marcó un hito, dio pie a que el sector se reinventara e invirtiera en la mejora de herramientas que ya se habían puesto sobre la mesa para trascender todo lo preconcebido. Pero ¿cómo sucedió esto en tan poco tiempo? Hace pocas semanas se cumplieron dos años desde el inicio de la pandemia, la emergencia sanitaria y todo lo que conllevó para la sociedad. Cosas malas, tragedias inconmensurables, desde luego. Pero, también retos que ha valido la pena sortear para lograr un modelo pensado en la equidad, que constituya una ventana hacia el futuro.
Virtualidad: un universo de oportunidades sin etiquetas
Hay mucho qué decir en materia de educación. Durante mucho tiempo solo estuvo al alcance de los privilegiados, relegando a un segundo plano a colectivos y comunidades que realmente necesitaban gozar de visibilidad. Tal es el caso de las mujeres embarazadas, trabajadores que cumplen con una jornada completa, que tienen muchos niños en casa e incluso aquellos que poco a poco han venido desprendiéndose de sus etiquetas para ser una parte fundamental de la sociedad: las personas neurodivergentes, dentro del espectro autista, cuyas capacidades jamás deben minimizarse.
El e-learning es un sector económico imparable
En medio de este panorama, no cabe duda de que la educación virtual ha sido una puerta abierta de par en par para arrojar algo de luz al sistema educativo. De hecho, cifras recientes, publicadas por Forbes, indican que el mercado de e-learning llegó a los 107 billones de dólares y se estima que alcanzará los 325 billones en 2025. ¡Triplicará su rentabilidad en los próximos tres años! Por eso, estudiar en línea se ha convertido, más que en un chaleco salvavidas para sobrellevar la tempestad de la pandemia, en una tendencia que se moldea, adapta y normaliza para el beneficio de todos.
Así que, ¿por qué estudiar de manera virtual? Son muchos los motivos, como la comodidad y tranquilidad de conectarte a una sala en línea desde donde te encuentres, administrar tu tiempo, sin estar sujeto a horarios estrictos; disfrutar de una amplia selección de ofertas educativas, la posibilidad de repetir lecciones, recursos de estudio, guías virtuales y precios asequibles.
¿Cómo ha evolucionado la virtualidad en Perú?
Sin embargo, aún quedan muchos obstáculos por sortear. El crecimiento de la educación virtual o a distancia en Perú ha sido progresivo y, pese a que se ha ganado un lugar en el corazón del sistema educativo, requiere de trabajo. No hay que olvidar que, antes de que el entorno digital fuera una realidad, apenas se estaban dando pasos para democratizar otras formas de acceder a la oferta académica. E incluso ahora, cuando ha habido un retorno progresivo a la presencialidad, es menester continuar trabajando en logísticas para que la posibilidad de estudiar a distancia no margine a comunidades aisladas, sin acceso a internet. Según el Ministerio de Educación, en 2021 tan solo el 19.7% de estudiantes de primaria y el 23.7% de secundaria contaban con conectividad.
Logros pequeños con grandes expectativas
De manera que, aunado a las amplias posibilidades en el mercado, que han surgido ante lo factible que resulta, la educación en modalidad remota en Perú continúa dando pasos importantes, actualizándose en materia de enfoques y diseñando herramientas que contribuyan a que los procesos sean más ágiles y, sobre todo, más efectivos. Actualmente, el sistema de administración de aula basada en la nube está experimentando un crecimiento exponencial por ser ahorrativo, flexible y generador de oportunidades. Se percibe como una alternativa para llegar a más personas que quieren aprender, contar con una formación de calidad.
Finalmente, resta decir que la modalidad virtual en Perú, en todos los ámbitos y niveles educativos, ha introducido cambios extraordinarios a la compleja dinámica académica y ya se está aunando esfuerzos para fortalecer, a fin de que la educación a distancia sea una conversación guiada y con incontables recursos para probar algo más que solo lo tradicional. La idea es facilitar las capacidades autodidactas, la formación en grupos y el interaprendizaje mediante las plataformas de apoyo que trabajan en el diseño y desarrollo de aulas integradas en la nube para todo tipo de usuarios.