Un recién nacido que, al parecer, falleció por negligencia médica en el hospital de Casma, murió debido a una asfixia neonatal, luego de aspirar líquido meconal (heces) al momento de nacer. El hecho ocurrió el último sábado en dicho nosocomio.
Esto fueron los lamentables resultados de la Necropsia de Ley al cual fue sometido el pequeño cuerpo del bebe de iniciales L. S. G . G; cuyo cuerpo ingresó el pasado lunes a la morgue central de Casma.
Este certificado de Necropsia fue firmado por el médico jefe de Medicina Legal de Casma, Esteba Chávez Alegre, quien remitió todos los resultados al Misterio Publico, para determinar si formaliza investigación a este terrible caso.
El representante de la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Casma, Juan José Martín Zevallos Rodríguez, es quien ordenó una serie de diligencias, entre ellas trasladar el cuerpo del bebé a la morgue, minutos antes de ser sepultado.
Tras conocer los resultados, los padres pudieron recoger el cuerpo de su pequeño hijo, para darle cristiana sepultura en el cementerio de Puerto Casma, donde ya descansa en paz.
Asimismo, los ciudadanos de Casma aseguraron que continuaran con las protestas hasta buscar justicia para el pequeño. Volvieron a solicitar de destitución del médico y la obstetra de turno que atendieron el parto.
Vale precisar, que el líquido meconio corresponde a las primeras heces eliminadas por un recién nacido poco después del nacimiento, antes de que el bebé empieza a digerir leche materna; si esto sucede dentro del útero, el niño puede morir.
Los hechos
El último sábado 20 de agosto, una ciudadana denunció públicamente, que su hermana Lysbeth Guzmán Guzmán de 19 años, ingresó al nosocomio con 41 semanas de gestación, rogando ser atendida para alumbrar a su bebé.
La hermana de la paciente que perdió a su bebé, tildó de “asesinos” a los médicos que atendieron a la mujer, cuyo bebé falleció por una presunta negligencia. “El obstetra de emergencia identificado como Domínguez estaba de turno y fue él quien atendió a mi hermana y no la quiso trasladar a Chimbote y la puso a dar a luz. Yo le supliqué que la ayudara y solo me decía que no fuera tan cargosa; que le dejara hacer su trabajo. Allí está el resultado de su trabajo: mi sobrino muerto y la obstetra que estaba ayudando al doctor le decía a mi hermana “cállate”, “acuéstate”, “no grites”.
“Son dos seres humanos sin corazón, será que no tendrán familia ni hijos. No saben el dolor y el trauma que le causaron a mi hermana que con tanta ilusión hizo hasta lo imposible para tener a su bebé entre sus brazos para que todo salga así. Arriba hay un Dios que les hará pagar todo el daño y dolor que causaron”, dijo con indignación.