Ser víctima de robo conduce a efectos psicológicos importantes que pueden afectar tu ritmo de vida. ¿Buscas solución? primero debes conocerlos para resolverlos.
Inmediatamente después de un robo puedes sentirte tanto física como emocionalmente desgastado. No importa como haya ocurrido el suceso, el hecho de repetir las imágenes una y otra vez despiertan las sensaciones que representan una amenaza a tu desenvolvimiento diario. La víctima se siente atrapada en el agobio y la incertidumbre donde se quedará encerrada, pero con la creciente necesidad de apoyo.
En los días posteriores al robo es probable que se presente una serie de efectos causados por el trauma, como dificultad para prestar atención a las actividades diarias o a lo que otros dicen, bajos niveles de motivación, falta de apetito y trastornos del sueño, todo eso alimentado por el episodio vivido. La mente humana es compleja y funciona de maneras ambiguas. Cada individuo razona y reacciona de forma diferente ante cualquier situación.
Generalmente las respuestas psicológicas son las siguientes:
1. Miedo
El miedo es una emoción normal ante cualquier situación de peligro o riesgo al cual somos expuestos, una respuesta de nuestro cerebro ante situaciones que amenacen nuestra integridad. Después de un robo, el miedo comienza a estimular nuestros profundos temores, y comienzas a cuestionar tu entorno y a generar conexiones con los hechos. La mente se invade de preguntas como: ¿el ladrón me conoce? , ¿Van a regresar? ¿Me van a encontrar? ¿Y si me encuentran que harán? Creando futuros escenarios de situaciones con muy pocas posibilidades de reincidencia.
Además, el miedo usando como base escenas del trauma genera pensamientos que nunca pasaron, pero que el hecho de pensar que sí pudo suceder estimula la angustia, y es cuando todo conlleva a preguntas relacionadas al pasado como: ¿y si hubiera estado en casa ese día?, ¿y si ya me habían observado?, ¿y si fue alguien a quien deje entrar? Todas generan miedo y sensación de inseguridad, es importante expresar dichas emociones y preocupaciones con alguien cercano que pueda servir de apoyo para afrontarlo, además es recomendable contar un sistemas de cámaras de videovigilancia que te pueden brindar una seguridad de tipo disuasivo.
2. Disminución de la seguridad
Cuando te enfrentas a un robo la sensación de confianza y seguridad interna se atrofia, nuestra mente está condicionada a ver nuestro hogar como una fortaleza donde nada puede dañarte, en el momento que alguien ha invadido la zona de confianza, la sensación de inseguridad aumenta ya que se ha profanado el único lugar en el mundo donde piensas que estás a salvo y del cual tienes el control.
Tu mente entonces comienza a generar ideas alrededor de ello, y a cuestionarse su nivel de seguridad y la confianza de poder protegerte a ti o a los tuyos, los espacios que alguna vez consideraste seguros dejan de serlos, y se forma la sensación constante de intranquilidad. Entonces te preguntas, si sucedió en mi hogar puede ocurrir en cualquier lugar. Este efecto influye considerablemente en el desenvolvimiento social del individuo, ya que en ningún momento se sentirá seguro.
El miedo y la inseguridad están relacionados a trastornos de pánico y ansiedad, la idea constante de que algo sucederá, la angustia y el estrés de estar alerta siempre deterioran el estilo de vida de una persona, por ésta razón la mejor opción es buscar ayuda de un profesional si el problema es persistente.
3. Trastornos del sueño
El miedo a que se repita el suceso afecta el proceso del sueño. Una de las medidas que se toman al ser víctima de un robo es quedarse en vela quizás por la idea de vulnerabilidad que da el estar dormido, ya que no se está consciente del entorno. La noche está dispuesta para que muchos ladrones cometan sus fechorías, y la idea persistente de que volverá a ocurrir un robo se queda grabado en la mente, especialmente durante la noche. Despertarse a cada rato para verificar que todo marche bien, o por cualquier ruido que se ha escuchado interrumpe el proceso de sueño, por lo tanto el cuerpo y la mente no tienen un descanso apropiado para recuperarse.
Un mal hábito de sueño conlleva al desgaste físico y emocional de la persona, influyendo en sus procesos mentales, generando fatigas, desmotivación y hasta problemas inmunes.
Por supuesto la ansiedad y el miedo también influyen en los sueños. El estrés post traumático puede causar flashbacks y pesadillas, te conducen a sueños perturbadores que interrumpen el sueño de la persona, despertar a media noche sin posibilidad de volverse a dormir por temor a soñar lo mismo o algo peor, o pasarse reviviendo la escena o posibles escenarios una y otra vez hasta amanecer. Existen técnicas que ayudan a conciliar el sueño, o incluso las alarmas de seguridad para casa te pueden proporcionar seguridad. Hay que recordar que un descanso apropiado es importante para desenvolverte cada día.
4. Depresión
Enfrentarse al hecho de que ya no tienes tus pertenencias, aquellos objetos de valor por los que tanto trabajaste o que tenían un significado especial y que la mayoría de las veces no se pueden recuperar y tampoco reemplazar, dejan un enorme vacío.
El sentimiento de pérdida y tristeza crecen a medida que pasan los días cuando se toma conciencia de lo que sucedió, especialmente con las pertenencias de valor sentimental. Y es que quizás no puedas reemplazarlas, pero hay que enfrentar el hecho de que puedes continuar sin ellas. Toma un tiempo para meditar hasta que finalmente puedas aceptar que ya no están, enfócate principalmente en como las obtuviste y valora los recuerdos que hayas tenido con cada uno de ellos.
Un consejo práctico: También se pueden emplear medidas efectivas para proteger el hogar y así aumentar tu nivel de confianza y seguridad, vivas solo o con tus seres queridos, llama a un profesional para que se encargue de la instalación de control de acceso para tu casa y permite que realice un seguimiento continuo de lo que suceda mientras no estás o inclusive cuando duermes. Asegúrate de asesorarte con expertos en la materia para que puedas dar un uso adecuado al sistema.