Don Guillermo, trabajó vendiendo diarios y golosinas en la esquina de la Av. Centenario y Francisco Aráoz (Independencia) frente a Registros Públicos. Esta era su principal ocupación, dependía de ese trabajo para subsistir; pero un día una decisión municipal de desaojo, malogró sus días y hoy se encuentra en completo abandono.
Hoy lo vemos pidiendo limosnas en la cuadra doce de la Avenida Raimondi, para poder solventar su alimentación, y por si fuera poco eso, también cuenta, que sus hijos lo desalojan de su propia casa.
Comenta que hace mucho tiempo está parado en ese mismo lugar, donde extiende sus manos para pedir la caridad de las personas que transitan por este lugar. “Vivo con mi hija y mi hierno, pero están que no quieren verme… creo que no quieren verme porque no pago casa, comida, no tengo trabajo”, dice frente a las cámaras con el rostro entristecido.
Fue desalojado de su pequeño espacio de trabajo, durante la gestión del exalcalde Eloy Alzamora, a partir de ahí, su vida comenzó a deteriorarse. No encontró otro lugar, para seguir vendiendo periódicos.
En el ocaso de su vida, a los 90 años, tiene otro problema. Si de la calle lo desalojaron, ahora también parece repetirse la historia, pero, de su propia casa, según nos cuenta.
Don Guillermo Cantú, es un mendigo nonagenario, ocupa todos los días, la cuadra 9 de prolongación Raimondi (junto al Chifa Blas), extendiendo la mano, para que algún transeúnte, pueda apiadarse de él y regalarle alguna moneda.
En nuestra sociedad, desgraciadamente marginamos a los adultos mayores, los vemos como «una carga» «inservibles». Seamos la excepción.
Trasladamos el caso, a la Beneficencia Pública de Huaraz, para que puedan albergarlo, durante el poco tiempo que le queda de vida.
Este caso debe ser investigado para prestarle la atención al adulto mayor y sus hijos tomen conciencia y puedan brindarle el cuidado y amor que necesita.
(Con información de Nilton Rodríguez Soto).