En las alturas del distrito de Huayllán, provincia de Pomabamba, se localiza un gigantesco sitio arqueológico conocido como Yayno. Su nombre original, así como, su origen y los ocupantes de sus ruinas es un misterio.
Las investigaciones detallan un uso intenso y ocupación residencial del sitio por grupos de tradición Recuay entre 1 y 700 d.C. Los resultados del proyecto son significativos porque aclaran que Yayno no sólo era una de las sedes más poderosas de la cultura Recuay, sino también uno de los centros principales de toda la sierra norte peruana.
Caracterización del monumento.
Yayno se localiza encima de cerro que desciende como parte de las faldas orientales pintorescas de la Cordillera Blanca. Se eleva más de 4150 metros sobre el nivel del mar, en la confluencia de los ríos Pomabamba y Seccha/Lucma (afluente del río Marañón).
Aparte de su posición estratégica montañosa hay muros perimétricos, largas construcciones que forman terrazas elevadas y acceso restringido.
Los habitantes dejaron vestigios de sus actividades domésticas: batanes, morteros, huesos de animales, fogones con ceniza y cerámica tosca. En todo caso, es probable que los conjuntos fueran casonas para grupos colectivos, tal vez linajes, familias extendidas u otros agrupamientos sociales, tal vez como ayllus.
Los arquitectos de Yayno lograron un efecto impresionante porque ordenaron bloques de varios tamaños (inmensos en la base, cada fila de bloques más pequeños llegando al techo) y colores (alternando calizas de gris oscuro con piedras ígneas de varios colores debido a su desgaste natural). El acabado y la monumentalidad de la mampostería no tienen comparaciones en ningún otro sitio Recuay, ni en Pashash, ni en los centros del Callejón de Huaylas.
Fuente: Arqueología prohibida