Tras una acción de fiscalización del equipo técnico de la Dirección Regional de Energía y Minas de Áncash (DREM), se confirmó la existencia de pasivos ambientales en el Centro Minero Esperanza que actualmente se encuentra abandonado. Dichos pasivos vienen emanado aguas ácidas que se encuentran contaminando las fuentes de agua de Cochabamba afectando la salud pública de la población del lugar.
Según detalló el director de la DREM, Ricardo Castillejo Melgarejo, la mina operó hasta 1975, época en la cual fue abandonada por quienes la venían explotando.
«En Áncash hay más de 1000 pasivos ambientales, resultado de la irresponsabilidad de quienes se dedicaron a esta actividad, sin cumplir con las normas ambientales», indicó.
Dijo, además, que vienen trabajando en coordinación con el Ministerio de Energía y Minas para el cierre de estos pasivos que demandan la aplicación de nuevas tecnologías y altos costos para el Estado; por lo que, una vez que se culmine el informe técnico se procederá a solicitar a la autoridad nacional para el cierre del pasivo respectivo.
Acompañaron en esta acción fiscalizadora la consejera de la provincia de Huaraz, Yanet Pinto Toledo, y el presidente de la comunidad de Cochabamba, Cayo Zuñiga Osorio.