Con inversión de S/25,7 millones culminan mejoras turísticas del Camposanto de Yungay

El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), a través de Plan Copesco Nacional, ha concluido exitosamente las obras de mejoramiento del Camposanto de Yungay, en la región de Áncash, con una inversión significativa de S/25,7 millones. Esta intervención, que ha sido gestionada por la presente administración, promete beneficiar a más de 101 mil personas.

Las mejoras realizadas en el Camposanto comprenden la puesta en valor de diversos espacios, abarcando un área total de 33,088 m2. Entre las nuevas instalaciones se incluyen un centro de interpretación, una plaza principal con pileta, un módulo de información turística, un comedor, un mirador turístico con senderos, un área destinada a la exposición de muestras artesanales, una maestranza y un estacionamiento con capacidad para buses y vehículos particulares, con un área de 3,300 m2.

Según especialistas de Plan Copesco Nacional, la obra ha sido culminada y se espera su inauguración en las próximas semanas, como parte del II Foro de Desarrollo Turístico del Callejón de Huaylas «Zona de Desarrollo Turístico Prioritario del Callejón de Huaylas».

El jefe de la Unidad de Obras de Plan Copesco Nacional, Elmer Vega, ha confirmado que se está llevando a cabo el proceso de verificación del levantamiento de observaciones por parte del Comité de Recepción de la institución, con miras a finalizar con la firma del acta de recepción.

Además, en colaboración con la Municipalidad Provincial de Yungay, Plan Copesco Nacional está desarrollando expedientes técnicos para el mejoramiento de otros sitios turísticos importantes como la Laguna 69, Laguna Chinancocha y la Cueva de Guitarrero. Estas intervenciones adicionales se suman a las obras del Camposanto de Yungay y prometen fortalecer el turismo local, así como dinamizar la economía regional con la creación de nuevos empleos.

Es importante destacar que la provincia de Yungay reconoce el Camposanto como un recurso turístico de alto valor histórico e identitario, ya que guarda parte de la memoria de los ancashinos debido a los trágicos sucesos ocurridos el 31 de mayo de 1970, cuando un devastador sismo desencadenó un aluvión que cobró la vida de 22,000 yungaínos.