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Voluntarios universitarios ASEZ realizan servicio de mantenimiento en el parque FAP en Huaraz

Con el propósito de mejorar el medio ambiente y crear un entorno más saludable para la comunidad, el grupo ASEZ, conformado por voluntarios universitarios de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial, llevó a cabo hoy una jornada de mantenimiento en el Parque FAP. Esta iniciativa forma parte del proyecto “Calle de la Madre”, el cual busca concienciar sobre la importancia del cuidado de los espacios públicos.

Desde las 09:00 a.m. hasta el mediodía, los voluntarios se dedicaron a diversas actividades de limpieza y embellecimiento del parque. Los trabajos incluyeron el pintado de muros, bancas y tachos de basura, así como la eliminación de grafitis y la limpieza general del área. Estas acciones tienen como objetivo proporcionar un entorno limpio y seguro para que las familias y vecinos puedan disfrutar del parque.

«Limpiemos nuestro vecindario, nuestra región y toda la aldea global para crear un mundo feliz», es el lema que guía a los jóvenes de ASEZ en sus proyectos de voluntariado. Jesús Muñoz, uno de los voluntarios, comentó: «Hoy estamos realizando el mantenimiento del Parque FAP, limpiando grafitis y bancas. Somos aproximadamente treinta jóvenes trabajando juntos para mejorar nuestro entorno y concienciar sobre la importancia de mantener limpias nuestras áreas públicas».

El proyecto «Calle de la Madre» no solo se limita a la limpieza de parques, sino que también incluye seminarios bíblicos y campañas de reforestación. Ellen de Paz, otra voluntaria, explicó: «Decidimos trabajar en este parque porque, aunque es un lugar tranquilo y bonito, necesita mantenimiento para prevenir actividades inapropiadas. Queremos que sea un ambiente seguro y agradable para todos».

ASEZ, cuyas siglas significan “Salvemos la Tierra de la A a la Z”, es un grupo global de jóvenes universitarios dedicados a ofrecer esperanza y asistencia a quienes lo necesitan, inspirados por el amor de Dios Padre y Dios Madre. Los voluntarios invitan a toda la comunidad a unirse a estas actividades, sin importar si son miembros de la Iglesia o no.

“Nosotros mismos financiamos estas actividades con recursos propios y con el apoyo de la municipalidad, que nos ha dado la autorización para realizarlas”, agregó Ellen de Paz. La iniciativa ha contado con la colaboración de más de 50 jóvenes, y sigue abierta a la participación de cualquier persona interesada en contribuir al bienestar de la comunidad.

Este tipo de voluntariado no solo busca mejorar el entorno físico, sino también promover valores de solidaridad y cooperación entre los jóvenes y la comunidad en general. «No solo mostramos el amor al prójimo enseñando la Biblia, sino también mediante acciones concretas que beneficien a todos», concluyó Muñoz.

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