La Institución Educativa Inicial 029 Niño Jesús de Praga, ubicada en la provincia de Recuay, del departamento de Áncash, implementa un programa que fomenta la autonomía y hábitos de autoservicio en sus 79 escolares, en el marco del consumo de alimentos proporcionado por el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma.
María Dolores Díaz Luna, directora de la institución y presidenta del Comité de Alimentación Escolar (CAE), destacó que las actividades consideradas en dicho programa, permiten a los niños servirse solos con responsabilidad y cuidado. Según Díaz Luna, los niños disfrutan más de sus comidas y desarrollan habilidades de autonomía.
Díaz Luna explicó que la gestión exitosa del servicio alimentario se debe a una estrategia de cogestión en la que la comunidad educativa participa activamente. Este esfuerzo conjunto busca garantizar una adecuada nutrición y contribuir al desarrollo integral de los estudiantes.
«El delicioso aroma del punki (bebible de harina de trigo) y croquetas de verduras con arroz a la jardinera atrapa nuestros sentidos, pues la mamita encarga de cocinar, Arlet Huerta Bañez, ya va culminando con el preparado de los desayunos para el consumo de los escolares. Ella sabe la gran responsabilidad que pesa sobre sus hombros es por ello que su pasión por la cocina se refleja cada mañana con los variados y ricos potajes que prepara», explicó.
Mientras tanto, los niños van llegando a la institución, guiadas por su maestra realizan actividades variadas con enfoque lúdico, participativo y ameno que contribuyen a la formación de hábitos de autoservicio. «Es así que antes de consumir sus alimentos se lavan las manitos y muy ordenadamente cogen sus utensilios y proceden a servirse bajo la atenta mirada de su profesora», añadió Díaz.
La implementación de este programa en la I.E.I 029 Niño Jesús de Praga es un ejemplo de cómo una adecuada gestión alimentaria y el compromiso de la comunidad pueden mejorar la experiencia educativa de los niños, fomentando hábitos saludables y habilidades para la vida.
Este modelo podría servir como referencia para otras instituciones que buscan mejorar la calidad educativa y el bienestar de sus estudiantes a través de programas integrales de alimentación y educación.