En el marco de las celebraciones por el Día del Docente Universitario, Flormila Vicuña, Secretaria General del Sindicato de Docentes de la Unasam, ofreció una mirada profunda y crítica sobre esta celebración, destacando tanto los logros como las carencias que afectan al cuerpo docente universitario en el Perú.
Vicuña destacó que, aunque este día es para celebrar, también debe ser una jornada de reflexión sobre el papel crucial del docente universitario. «El docente debe ser la sustancia gris de la sociedad, formando profesionales competentes y éticos», afirmó. Sin embargo, también subrayó las dificultades económicas y laborales que enfrentan los docentes, debido a la falta de implementación de la Ley de la Docencia Universitaria, promulgada hace más de 40 años.
El panorama actual para los docentes universitarios está marcado por la falta de apoyo del gobierno central. A pesar de la existencia de una ley de homologación salarial, esta no se cumple, lo que afecta significativamente a los docentes y, por ende, a la calidad educativa. «El gobierno no prioriza las universidades públicas, favoreciendo en cambio la creación de nuevas universidades, muchas de ellas privadas», comentó Vicuña.
La conversación no evitó temas sensibles, como los casos de corrupción y mala conducta dentro del cuerpo docente. Vicuña subrayó que estos son casos aislados y no deben empañar la imagen del docente universitario, quien debe ser un modelo a seguir en términos de ética y comportamiento.
La secretaria general concluyó con un llamado a la acción para que el gobierno cumpla con sus compromisos legales y se enfoque en mejorar la calidad de la educación pública. «Reclamamos el cumplimiento de la ley y mayores recursos para las universidades públicas. No somos responsables de la situación actual, pero como docentes, cumplimos con nuestro deber y seguiremos luchando por nuestros derechos y los de nuestros estudiantes».
Mientras se celebran los logros y se destacan los esfuerzos de los docentes universitarios, es imperativo que el gobierno asuma su responsabilidad y tome medidas reales para garantizar que estos profesionales puedan trabajar en condiciones dignas y justas. Solo así se podrá asegurar un futuro educativo sólido y equitativo para el país.