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Huaraz: La lucha incansable de Gladys Romero contra el cáncer

Composición: Áncash Noticias

Huaraz

Huaraz: La lucha incansable de Gladys Romero contra el cáncer

Gladys encontró una nueva esperanza en la Clínica Hiperbáric O2. Allí, bajo la supervisión de la doctora Alessandra González, médico cirujano, comenzó a recibir tratamiento en cámaras hiperbáricas.

En la ciudad de Huaraz, la historia de Gladys Romero Huamán se erige como un símbolo de fortaleza y esperanza. En nuestro segmento «Gente que hace», Gladys comparte su inspiradora batalla contra el cáncer de mama, una lucha marcada por desafíos personales y de salud, pero también por el inquebrantable apoyo de su familia.

Hace algunos años, Gladys recibió la devastadora noticia de su diagnóstico oncológico. El cáncer de mama irrumpió en su vida llenándola de angustia e incertidumbre. “Mis hijas eran muy pequeñas cuando me diagnosticaron. La mayor tenía 8 años y la menor 5. Sentía miedo por lo que esto significaría para mi familia», recuerda Gladys. Su mayor temor no era solo la enfermedad, sino cómo su esposo e hijas podrían sobrellevar el proceso.

El camino se complicó aún más con la llegada de la pandemia de COVID-19, que interrumpió sus tratamientos médicos. La pausa forzada agravó su situación y el cáncer regresó, esta vez con metástasis, causando un deterioro significativo en su salud.

Sin embargo, en medio de la adversidad, Gladys encontró una nueva esperanza en la Clínica Hiperbáric O2. Allí, bajo la supervisión de la doctora Alessandra González, médico cirujano, comenzó a recibir tratamiento en cámaras hiperbáricas. Aunque este tratamiento no cura el cáncer, ha sido crucial para mejorar su calidad de vida. “El tratamiento hiperbárico y el consumo de Omega 3 han sido fundamentales para complementar su recuperación”, destacó la doctora González.

El coraje de Gladys ha sido inquebrantable. Su lucha no solo es contra el cáncer, sino también contra el miedo y la incertidumbre. Hoy, su salud ha mejorado notablemente, lo que la motiva a seguir adelante y a convertirse en un ejemplo de perseverancia para aquellos que enfrentan situaciones similares.

La historia de Gladys Romero es una muestra de que el cáncer no tiene por qué ser una sentencia de muerte. Con el apoyo de su familia y un tratamiento adecuado, es posible enfrentarlo con valentía. Su testimonio es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay lugar para la esperanza.

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