En el corazón de Huaraz, la historia de Juan Huerta, conocido como el “Papu” de Huaraz, se erige como un poderoso testimonio de resiliencia y emprendimiento. Originario de Chacas, Huerta llegó a la capital de Áncash hace siete años, junto a su esposa, después de una desafortunada experiencia en Argentina. A pesar de las dificultades iniciales, su regreso a Perú marcó el inicio de una interesante travesía empresarial.
Comenzando con un pequeño negocio de equipos electrónicos, Huerta enfrentó desde el principio el desafío de la falta de capital. Sin embargo, su perseverancia y dedicación le permitieron expandir su tienda y diversificar su oferta, que ahora incluye mochilas, zapatillas, prendas de vestir y juguetes. El “Papu” se ha convertido en un nombre reconocido, simbolizando la tenacidad y el esfuerzo de un emprendedor que no se rinde.
La visión de Huerta no se detuvo en el comercio tradicional. Hace dos años, junto a su esposa, dio un paso audaz al abrir el salón de belleza “Naomi”, ubicado en el Jr. San Martín. Sin mucha experiencia previa en el sector, Huerta apostó por rodearse de profesionales capacitados, logrando así estabilizar este emprendimiento y abrir nuevas oportunidades en un mercado competitivo.
Pero el éxito del chacasino trasciende el ámbito empresarial. Como dirigente de su barrio, trabaja incansablemente por mejorar las condiciones de su comunidad, especialmente durante la difícil temporada de lluvias. Su compromiso con los demás refleja una faceta del liderazgo que va más allá de los negocios, buscando siempre el bienestar colectivo.
A pesar de los numerosos retos que ha enfrentado en su camino, Huerta tiene un mensaje claro para los futuros emprendedores: “En la vida no existen los fracasos, cada reto deja una experiencia que se convierte en el camino hacia el éxito”.
Su historia podrá inspirar a quienes buscan forjar su propio destino, mostrando que con perseverancia, visión y un corazón dispuesto a ayudar, es posible transformar la adversidad en una oportunidad de crecimiento.