La minera canadiense Barrick Gold ha presentado ante el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) una nueva solicitud para obtener una concesión minera de 500 hectáreas en la provincia de Huaraz, región Áncash. Esta gestión se realiza casi 11 años después de que la empresa iniciara el proceso de cierre del tajo abierto de la mina Pierina, una de sus operaciones más importantes en la región.
Barrick, que ocupa el segundo lugar entre los mayores productores de oro a nivel mundial, busca desarrollar en esta zona el proyecto minero denominado “Libélula MBP 39”. La nueva solicitud complementa un pedido anterior, presentado en marzo de este año, para la obtención de concesiones adicionales que abarcan 3100 hectáreas también en Áncash. Ambas solicitudes se encuentran en etapa de evaluación.
Concesión, primer paso hacia la explotación
El trámite de concesión minera es un proceso inicial que, de ser aprobado, permitirá a la empresa realizar actividades de exploración para identificar el potencial de los recursos minerales presentes en la zona. En caso de obtener resultados favorables, la compañía podría avanzar hacia la explotación comercial del yacimiento.
La aprobación del pedido por parte del Estado dependerá de una evaluación técnica y ambiental exhaustiva. Asimismo, la empresa deberá llevar a cabo procesos de diálogo con las comunidades locales y cumplir con los procedimientos de consulta previa, requisito indispensable en proyectos mineros que impactan a las poblaciones indígenas o campesinas en el área de influencia.
Expectativas y desafíos para la región
El interés de Barrick en retomar actividades mineras en Áncash ha generado expectativas sobre los beneficios económicos que podría traer, como la creación de empleos y mayores ingresos para las arcas regionales. Sin embargo, también existe preocupación en las comunidades y organizaciones ambientales, quienes demandan que se garantice la protección del medio ambiente y los recursos hídricos, especialmente considerando los impactos pasados de la operación Pierina.
Por ahora, Barrick deberá esperar la decisión del Ingemmet, que evaluará la viabilidad de las concesiones solicitadas. La atención estará puesta en cómo la empresa manejará el diálogo con las comunidades y las exigencias ambientales, aspectos clave en la obtención de la licencia social para operar.
Este nuevo paso confirma la intención de la empresa de mantener presencia en Áncash, apostando por proyectos de exploración minera con un enfoque de expansión sostenible en la región.