El Subgerente de Seguridad Ciudadana de Huaraz – Marcelo Medina, ofreció declaraciones sobre un incendio registrado esta mañana a las 9:40 a.m. debajo del puente Tacllán, conocido localmente como «El río seco». Gracias a la rápida actuación del personal de serenazgo y la colaboración de algunos vecinos, el incendio fue sofocado sin que se reportaran heridos.
Durante la entrevista, Medina explicó que los vecinos del barrio de Tacllán alertaron a las autoridades sobre la situación. Al acudir al lugar, el personal de seguridad ciudadana se encontró con un escenario preocupante: varias personas, aparentemente familias de recicladores, estaban viviendo debajo del puente, un lugar que no ofrece condiciones adecuadas para habitar.
Riesgos y condiciones inadecuadas
El funcionario enfatizó que, a pesar de las limitaciones económicas de estos grupos, la zona es inapropiada para la vida humana, especialmente en épocas de lluvias, donde el riesgo de deslizamientos aumenta considerablemente. Ante esta situación, se estableció comunicación con la Unidad de Gestión de Riesgos, que coordinará esfuerzos con la Fiscalía de Ambiente y otras entidades pertinentes, como la Autoridad Local del Agua y el Ministerio de Transportes.
«Es fundamental tomar medidas preventivas e inmediatas para evitar que se presenten riesgos más graves, incluyendo posibles daños personales y hasta pérdidas fatales», advirtió Medina.
Proliferación de viviendas ilegales
Medina también mencionó que esta problemática no es exclusiva del puente Tacllán, ya que otros puentes, como el de río Paria y el río Santa, también presentan situaciones similares. En estos lugares, se ha observado que viven personas en condiciones de vulnerabilidad y que aparentemente consumen alcohol y sustancias no identificadas. Aunque las autoridades han realizado intervenciones en varias ocasiones, las problemáticas persisten.
Llamado a la acción de las autoridades
Finalmente, el Subgerente instó a la Autoridad Nacional del Agua (ALA) a tomar acciones urgentes frente a la preocupación por los desmontes que se arrojan en los márgenes de los ríos, lo que no solo afecta el caudal, sino que también incrementa el riesgo de inundaciones durante las temporadas de lluvia torrencial.