Esta tarde, nuestra plataforma de denuncia ciudadana ha recibido un conmovedor caso que expone la profunda tristeza de la señora Maríelene Osorio Rodríguez. Su relato, además de reflejar una tragedia personal, simboliza para muchos la importancia que tienen las mascotas en nuestras vidas.
El 28 de octubre, Maríelene llevó a sus dos queridas perritas a una clínica veterinaria en Huaraz, esperando que un procedimiento quirúrgico conocido como ovariohisterectomía les asegurara un futuro más saludable. Sin embargo, lo que sucedió a partir de ese momento fue devastador.
El procedimiento que salió mal
De acuerdo con el testimonio de Maríelene, al aproximarse el día de la cirugía, dejó a sus mascotas en manos del personal de la clínica veterinaria «Arcángel San Miguel», confiando en que se les brindaría el cuidado necesario. Según la propietaria, había un acuerdo claro: al día siguiente recibiría un informe sobre el estado de salud de sus perritas. Sin embargo, el 29 de octubre, al acudir a la clínica para conocer su situación, se llevó una noticia que le partió el corazón: una de ellas, llamada «Preciosa», había fallecido, mientras que la otra se encontraba en estado crítico.
Según las denunciantes, los responsables de la clínica no proporcionaron explicaciones claras sobre el suceso. De acuerdo con Maríelene, el veterinario que realizó la operación habría aparentemente viajado y ya no se encontraría en el lugar, lo que generó aún más incertidumbre y dolor en la familia. Esto llevó a Maríelene y a sus hijas a formalizar una denuncia en la comisaría de Huaraz, informando a la fiscal provincial, Dra. Lizeth Avendaño Macedo, sobre lo que consideraban un acto de mala praxis veterinaria.
La búsqueda de respuestas
La familia, devastada por la inesperada pérdida, decidió llevar tanto a la perrita fallecida como a la que continúa en estado delicado a otra clínica veterinaria, «Wuaw Wuaw», para un diagnóstico completo. Los especialistas de esta clínica informaron que el problema principal aparentemente, habría sido una ligadura incorrecta en el cuello del útero, provocando una hemorragia interna severa y, posteriormente, un posible shock hipovolémico.
Un clamor por justicia
Maríelene Osorio y su familia están sufriendo no solo por la pérdida de su mascota, que fue parte esencial de su vida, sino también por la falta de respuestas y el dolor de no tener un cierre que les permita sanar. Para ellos, sus mascotas son más que simples animales; son miembros de la familia con quienes compartieron innumerables momentos de felicidad y amor.
La familia ha solicitado justicia no solo por ellas, sino por todas las personas que consideran a sus mascotas como seres amados. Claman al colectivo y a las autoridades correspondientes para que se tomen medidas y se ofrezcan explicaciones claras sobre lo sucedido en la clínica veterinaria «Arcángel San Miguel». Exigen que se rinda cuentas por lo ocurrido y que se garantice que ningún otro animal se vea afectado por situaciones similares en el futuro.
Un llamado a la comunidad
En una época donde los animales de compañía son considerados parte de la familia por millones, es urgente que se respeten sus vidas y su bienestar. Este caso no solo pone de manifiesto la importancia de contar con profesionales capacitados en el cuidado veterinario, sino también la necesidad de proteger a aquellos que no pueden hablar por sí mismos. Es hora de que la comunidad se una y brinde su apoyo, resaltando que, para muchas familias, las mascotas son su vida misma.
Nota:
Se precisa que lo antes mencionado, ha sido redactado por afirmaciones dadas por la familia afectada.