Vendedores que no se rinden: historias de lucha en medio del paro en Huaraz
Tres vendedores ambulantes nos muestran su lucha diaria para sacar adelante a sus familias. En el segmento «Gente que hace» de Áncash Noticias, conocemos a Morayma, Juan y Rufino, quienes aprovechan esta movilización para ganarse el sustento, demostrando que, incluso en los momentos más difíciles, la perseverancia y el ingenio peruano no se rinden.
En medio de la movilización que paralizó Huaraz durante el primer día de paro nacional de transportistas, hay personas que, más allá de la protesta, ven una oportunidad para seguir adelante. En el segmento de «Gente que hace» de Áncash Noticias en la televisión, conocimos a tres vendedores ambulantes que, a pesar de las dificultades y las circunstancias, continúan luchando por sus familias, demostrando que la esperanza y la necesidad no entienden de crisis.
Uno de los casos más conmovedores es el de Morayma León, una madre soltera que ha dedicado más de 10 años de su vida a vender frutas al paso para mantener a sus dos hijos. “Estoy de acuerdo con la movilización, pero no puedo dejar de trabajar. Si no vendo, mi mercadería se echa a perder y tengo que alimentar a mis hijos o darles lo que necesitan al día siguiente”, nos cuenta Morayma, quien ha luchado incansablemente por sacar adelante a su familia. Aunque sus hijos ya son más grandes y la apoyan, sigue trabajando todos los días, confiando en que su esfuerzo diario es lo que les permite sobrevivir.
Otro rostro de lucha es el de JuanMárquez, un hombre que se dedica a la venta de helados. Con un hijo en la universidad, Carlos enfrenta las dificultades de un negocio que no siempre deja ganancias, especialmente en temporadas de frío, cuando la demanda disminuye. “Hoy aprovecho el calor y la protesta, pero aún así las ventas son bajas. No siempre alcanza para darle a mi familia lo que necesita”, explica, mientras vende sus helados bajo el sol abrasante. Aunque el panorama es difícil, su determinación por ofrecer una mejor calidad de vida a su familia lo mantiene en pie.
Rufino Chávez, trabajador de la municipalidad de Huaraz, también ha visto en esta crisis una oportunidad para ganar unos soles extra. Acompañado de su pequeño, se lanzó a vender «marcianos» durante la protesta. “El dinero no alcanza y tengo que luchar por mi familia. Ellos merecen una mejor calidad de vida”, comenta mientras camina por las calles, mostrando el rostro de un padre que hace lo que sea necesario para proveer lo que su hogar necesita.
Estas historias reflejan la dura realidad de miles de familias en el Perú, que a pesar de las dificultades y los sacrificios, siguen luchando cada día por salir adelante. No se dan por vencidas. A través de la perseverancia, el ingenio y el trabajo, demuestran que no hay obstáculo que impida la lucha por un futuro mejor para sus seres queridos. En estos momentos de crisis, los ciudadanos de Huaraz y de muchas otras ciudades del país siguen demostrando que la esperanza y el trabajo duro son sus mejores armas.