La reconstrucción de la Av. Luzuriaga, una de las principales arterias de Huaraz, quedó paralizada en su primer día de ejecución debido a fallas de planificación, falta de seguridad y decisiones improvisadas que desataron caos vial y malestar entre vecinos y comerciantes.
Improvisación y caos desde el inicio
A pesar de que se anunció la intervención exclusiva del carril sur-norte, los trabajos comenzaron en ambos carriles, provocando un colapso vehicular. Este cambio inesperado generó tal descontento que los trabajos fueron detenidos por representantes del consorcio encargado, quienes tuvieron que buscar autorización adicional en la municipalidad, dejando clara la falta de coordinación.
Vecinos denunciaron que los trabajadores no cuentan con el equipamiento de seguridad reglamentario: chalecos inadecuados, ausencia de calzado especial y otros implementos esenciales ponen en riesgo su integridad física. A esto se suma la ausencia de señalización, un elemento clave para garantizar la seguridad de peatones y conductores, que debería estar implementado desde el primer día.
Deficiencias técnicas y daños colaterales
Las carencias en la ejecución también son evidentes en el uso de maquinaria pesada. En lugar de emplear equipos especializados para demoliciones controladas, se utilizaron máquinas inadecuadas que generaron riesgos y daños. Uno de los incidentes más graves fue la rotura de una tubería de agua potable de EPS Chavín, lo que dejó sin servicio a varios hogares en la zona.
Preocupación de vecinos y empresarios
A estas dificultades se suma la preocupación de empresarios y emprendedores cuyos negocios operan en esta vía estratégica. Octavio Cruz, propietario de un local en la avenida Luzuriaga, expresó su inquietud: «Las autoridades deben acelerar las obras y planificarlas por etapas para no afectar la campaña navideña ni agravar las bajas ventas que ya enfrentamos».
Los comerciantes señalaron que, a pesar de la caída en sus ingresos, continúan enfrentando gastos fijos como el alquiler de locales, lo que agrava su situación ante una obra mal planificada que podría prolongarse innecesariamente.