La reciente destrucción de una vereda pública en la avenida Raymondi, recién construida por la Municipalidad de Huaraz, ha desatado la indignación de los vecinos, quienes acusan al Comercial Trujillo de haber demolido el pavimento para instalar una rampa destinada al ingreso de sus vehículos. Este acto no solo vulnera el espacio público, sino que también pone en riesgo a los peatones al obligarlos a transitar por la pista, una situación agravada por la presencia constante de triciclos y vehículos que obstruyen el paso.
Los vecinos denuncian que esta acción representa un atropello al orden público y demandan que las autoridades municipales intervengan de manera inmediata. No se puede permitir que una empresa privada atente contra la infraestructura pública sin ninguna sanción. La avenida Raymondi, junto con la Luzuriaga, ha sido objeto de recientes obras de mejoramiento, con pavimento rígido y veredas repuestas, lo que amplifica la gravedad del daño causado.
La municipalidad, a través de su área legal, está llamada a tomar medidas para garantizar la restitución de la vereda y evaluar posibles sanciones contra los responsables. Vecinos han resaltado la necesidad de sentar un precedente para evitar que actos similares se repitan, considerando que estas intervenciones afectan no solo la estética urbana, sino también la seguridad y movilidad de la ciudadanía.
El Comercial Trujillo, en medio de las críticas, ha quedado en el centro de un debate sobre el uso indebido de los espacios públicos y la necesidad de mayor regulación municipal frente a iniciativas privadas que contravienen la normativa. Este caso plantea preguntas urgentes sobre la capacidad de las autoridades para proteger la infraestructura pública en beneficio de la comunidad.